Es el responsable del secuestro y asesinato del equipo periodístico del diario El Comercio; también del atentado contra militares y rapto de otros dos civiles.
“Guacho” es quizás el nombre más pronunciado estos días en Ecuador, asociado a atentados, secuestros y asesinatos en la frontera colombo-ecuatoriana, donde ha sembrado el terror desde enero pasado.
Esta semana, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, dio un plazo de 10 días a sus ministros encargados del área de seguridad para capturarlo; y a la ciudadanía en general se ha ofrecido 230.000 dólares de recompensa, en un acuerdo entre Quito y Bogotá, a quien aporte información que determine su paradero.
“Guacho” es el alias de Walter Artízala, también conocido como ‘William Quiñónez’, un presunto disidente de las FARC que opera en la frontera norte de Ecuador.
Es ecuatoriano, nacido en la población de Limones, en la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia. Se sumó, presuntamente, a las filas de las FARC en 2007, cuando fue reclutado por un insurgente conocido como ‘Tachuela’, señala el medio colombiano CaracolTV.
En la guerrilla comenzó como organizador de masas y luego fue nombrado miliciano de la columna Daniel Aldana, en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador. Posteriormente fue jefe financiero y explosivista, por su habilidad para manejar explosivos.
En desacuerdo con el proceso de paz
En el proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, ‘Guacho’ aceptó desmovilizarse, pero no quiso sumarse a la iniciativa, por presuntas diferencias con jefes máximos de la guerrilla.
Cuando la mayoría de las FARC firmaban la paz en Colombia, él decidió volver a las montañas en la frontera colombo-ecuatoriana y arrastró consigo a otros disidentes, cuyo número se desconoce. A partir de entonces se convirtió en el líder del autodenominado Frente Oliver Sinisterra.
Su área de operación está principalmente en el municipio de Tumaco, departamento colombiano de Nariño, una zona que, según la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), posee 23.148 hectáreas sembradas con coca, lo que supone el 16 % de los cultivos del país; además, posee el segundo mayor puerto de Colombia sobre el Océano Pacífico.
A esas bandas, incluyendo la del ‘Guacho’, que operan en la zona fronteriza, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) las ha catalogado de “narco-paramilitares” y ha dicho que “son grupos dedicados al negocio del narcotráfico y no a la lucha revolucionaria; así, algunos de sus integrantes hayan pertenecido en el pasado a las FARC”.
La versión coincide con la de Iván Márquez, jefe histórico de las FARC, quien dijo, citado por RCN, que ‘Guacho’ “no pertenece a ningún grupo disidente y sí a un grupo paramilitar”.
¿Por qué lo buscan?
El nombre de “Guacho” comenzó a sonar en Ecuador luego del atentado con coche bomba en la sede del Comando de Policía del cantón San Lorenzo, de la provincia de Esmeraldas. La explosión dejó 28 heridos, daños a 37 viviendas y totalmente destruida la sede policial.
En esa oportunidad, el fiscal de Colombia, Néstor Martínez, y el ministro de Defensa ecuatoriano, Patricio Zambrano, atribuyeron la responsabilidad del ataque a ‘Guacho’. Las autoridades ecuatorianas señalaron que era una respuesta del grupo disidente al operativo policial iniciado en enero en Esmeraldas, conocido como ‘Impacto 13’.
Luego, en febrero, se registró un ataque a fuerzas militares ecuatorianas, presuntamente desde territorio colombiano, dejando un saldo de dos militares heridos, en la localidad de El Pan, también en Esmeraldas.
Vino un nuevo atentado, esta vez en la ciudad de Borbón, también en Esmeraldas, el 16 de marzo. Un artefacto explosivo casero fue detonado en horas de la madrugada frente a un retén naval de la Armada ecuatoriana, sin víctimas que lamentar.
Dos días después, hubo ataques en las localidades de El Pan y Alto Tambo; en la primera fueron disparos con fusiles y en la segunda, explosivos en un vehículo. En estos hechos, cuatro militares resultaron heridos.
Secuestros y asesinatos
Los ataques se intensificaron y el 20 de marzo se registró una emboscada a militares en la zona de Mataje. Tres de los uniformados, Luis Alfredo Mosquera, Jairo Estiven Sandoval y Sergio Jordan Cedeño, murieron en el momento; y Wilmer Álvarez Pimentel, quien había quedado herido, falleció a principios de abril.
El 26 de marzo vino el que ha sido considerado el ataque más fuerte, cuando secuestraron, también en Mataje, al periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas, y el conductor Efraín Segarra, trabajadores del diario El Comercio.
Tras 18 días de angustia y atribuirle, por parte del frente que lidera el ‘Guacho’, la culpa a los gobiernos de Colombia y Ecuador porque “no quisieron salvarle la vida a los tres retenidos”, se supo que los tres integrantes del equipo periodístico fueron asesinados. Aún no se han podido recuperar sus cuerpos.
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Cuando apenas el pueblo ecuatoriano digería esta tragedia, esta semana el ministro del Interior ecuatoriano, César Navas, confirmó el secuestro de Oscar Efrén Villacís Gómez y Katty Vanesa Velasco Pinargote tras establecer una comunicación con ‘El Guacho’.
Tanto en el secuestro de los periodistas, como en el de Vanesa y Oscar, el Frente Oliver Sinisterra de el “Guacho” ha solicitado algo en específico: “El intercambio de sus tres detenidos en Ecuador y la anulación del convenio que tienen Ecuador y Colombia para acabar con el terrorismo”, dijo en un video el comunicador raptado.
El presidente Moreno, dijo este miércoles, en entrevista con NTN24, que no habrá canje por los secuestrados: “No vamos a aceptar sus condiciones”.
Con información de RT
