Pese al anuncio del mandatario Daniel Ortega de derogar la polémica reforma, las protestas continuaron y reclaman otras problemáticas del país.
La tensión reina este lunes en Nicaragua después de que el Gobierno de Daniel Ortega derogara una reforma de la seguridad social que hizo detonar protestas con el resultado de al menos 30 muertos y más de 100 heridos en cinco días, así como saqueos a comercios y daños a la propiedad pública.
Pese al anuncio del mandatario, las protestas se mantuvieron este domingo, se produjeron saqueos, quema de edificios y fuertes enfrentamientos.
La iglesia católica denuncia que anoche hubo otro ataque a la Universidad Politécnica de Nicaragua. Habría al menos un muerto.
Políticos opositores aseguraron por su parte que “la seguridad social ya no es el tema, sino la libertad de expresión, la corrupción, y tantos otros”, como dijo la presidenta del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera.
La presidenta del FAD, integrado por dirigentes de la antigua principal fuerza opositora de Nicaragua, sostuvo que la situación de Nicaragua “únicamente tiene dos salidas: que renuncie (Ortega) a la presidencia o que llame a elecciones libres, transparentes y competitivas, de inmediato”.
Aunque la reforma a la seguridad social “creó está situación dramática”, como reconocía este domingo Ortega en una alocución, muchos manifestantes han dicho que salieron a las calles también para reclamar por otras problemáticas, como los ataques a la libertad de expresión y prensa, los supuestos fraudes electorales y el actuar impune de la Policía.
Con información de EFE