Francia.- Medio centenar de vehículos fueron incendiados y varios edificios públicos deteriorados el jueves en la ciudad francesa de Nantes, escenario de disturbios por tercera noche consecutiva, tras la muerte de un joven que fue abatido por la policía.
El agente que abrió fuego se encuentra en detención preventiva para ser interrogado sobre la muerte del joven de 22 años, un hecho que ha vuelto a poner en evidencia la tensa relación que existe entre la policía y los jóvenes en algunas áreas urbanas pobres en Francia.
Cincuenta y dos coches fueron incendiados durante la noche del jueves en Nantes, entre ellos el vehículo de la alcaldesa de la localidad, y ocho inmuebles sufrieron degradaciones.
Cuatro personas fueron detenidas, incluyendo un menor de 14 años que llevaba un bidón de gasolina y mechas, indicaron fuentes policiales.
También se registraron disturbios en la localidad de Garges-lès-Gonesse, en las afueras de París, de donde era oriunda la víctima. No hubo heridos pero un vehículo policial fue atacado y basureros quemados.
Antes de que estallen los incidentes, alrededor de 1.000 personas marcharon en Nantes en la calma para exigir “justicia y “verdad”.
La víctima fue alcanzada el martes por la noche por un disparo de un policía cuando presuntamente intentó dar marcha atrás con su vehículo para huir de un control. Murió poco después en el hospital. El joven tenía pendiente una orden de arresto en su contra por robo.
El policía que disparó fue puesto el jueves en detención preventiva por la inspección general de la policía francesa por “violencia voluntaria (…) que provocó la muerte, sin intención de matar”, anunció el fiscal de Nantes, Pierre Sennès.
Según una fuente próxima a la investigación, los cinco policías que estaban esa noche con el agente que disparó confirmaron que la víctima quiso dar marcha atrás “a gran velocidad”, poniendo en riesgo la vida de cuatro niños que se encontraban jugando en la acera, justo detrás del vehículo.
El fiscal de Nantes no ha confirmado estas declaraciones, que no corresponden a los testimonios de varios habitantes interrogados por periodistas de la AFP. Según una mujer que filmó la escena, “no había ningún agente detrás del coche”.