Chile.- La ciudad de Santiago de Chile se encuentra este viernes en situación de alerta ambiental debido a la contaminación del aire, causada por las malas condiciones de ventilación que hay en la zona, según informó la Intendencia (gobernación) Metropolitana.
La medida implica la prohibición de quemas agrícolas o encender calefactores a leña, además de sugerir que no se realicen actividades deportivas al aire libre, especialmente en establecimientos educacionales.
En materia de vehículos motorizados, rige el calendario regular de restricción para aquellos con sello verde (provistos de convertidor catalítico), de modelos anteriores al 2012, que afecta a aquellos con patentes terminadas en 2.
También a los vehículos sin sello verde con patentes terminadas en 6, 7, 8 o 9, y a las motocicletas con placas terminadas en 8 o 9. La restricción a los vehículos rige entre las 07.30 (11.30 GMT) y las 21.00 horas locales (01.00 GMT del sábado).
En las primeras horas de este jueves, una de las estaciones de vigilancia de la calidad del aire, correspondiente al sector de Cerro Navia, al oeste de la capital chilena, marcaba un nivel de alerta, que supone una concentración de entre 200 y 300 microgramos de partículas nocivas por metro cúbico de aire.
Otras nueve estaciones situadas en distintos sectores de la ciudad marcaban un nivel regular, con concentraciones de entre 100 y 200 microgramos de partículas y una, en el municipio de Las Condes, al oriente de la urbe, anota un nivel bueno, inferior a 100 microgramos de partículas nocivas.
Santiago de Chile, de unos siete millones de habitantes, está enclavado en un valle rodeado de montañas, por lo que en los meses de otoño e invierno la calidad del aire suele empeorar debido a la ausencia de brisa que disemine las partículas nocivas, así como por el fenómeno de la inversión térmica.
Este último consiste en que la temperatura en la superficie es menor que en altura, por lo que las partículas nocivas se mantienen a nivel del suelo.
En lo que va del 2018 se han decretado más de una veintena de alertas ambientales en la capital de Chile, además de tres preemergencias, que suponen restricciones más drásticas para la circulación de vehículos y fuentes contaminantes fijas.