El cigarrillo electrónico ha venido, tal vez, para quedarse. La novedad de su consumo se debe a que ha sido diseñado para simular y reemplazar el consumo del tabaco o cigarrillo tradicional.
El uso del cigarrillo electrónico, también llamado e-cigarette, se ha extendido ampliamente entre los jóvenes de todo el mundo. Sus atractivos pasan por la facilidad de su uso, sus aromas y su mayor concentración de sustancias en un líquido.
El cigarrillo electrónico figura por un sistema que emplea una batería que calienta un líquido y luego lo convierte en vapor. Este procedimiento se realiza y luego el fumador inhala este compuesto.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud clasifica a estos aparatos como sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN). Ellos señalan que el cigarrillo electrónico es el prototipo más común.
Por último, la organización señala que los componentes principales de esta infusión son el propilenglicol, la nicotina y aromatizantes. Sin embargo, ellos advierten que la solución contiene otros productos químicos, algunos de ellos considerados tóxicos.
El “Juul”: un tipo de cigarrillo electrónico
Es un tipo de cigarrillo electrónico que se destaca entre una gran variedad de estos sistemas. Él está elaborado con las últimas tecnologías avanzadas de fabricación. La industria que lo fabrica es la Juul Labs.
De hecho, su diseño de forma rectangular, con un peso insignificante, es muy parecido a esas memorias alternas que usamos en los ordenadores llamadas USB. Por cierto, el “juul” recarga su energía en los puertos de salida de los computadores.
Según los especialistas, este efecto se debe a la gran concentración de nicotina del cigarrillo. Sin embargo, ahora vamos a ver qué tan dañino puede ser este aparato llamado “juul” y si efectivamente colabora para dejar el cigarrillo tradicional.
Lo desfavorable para la salud
Los fabricantes de los cigarrillos electrónicos aseguran que sus productos son menos perjudiciales que los cigarrillos tradicionales. Sin embargo, según un reporte de la OMS se demuestra que la emanación del aparato parece no ser tan inofensivo.
El empleo del cigarrillo electrónico implica el manejo y la exposición del organismo a sustancias toxicas como la nicotina. Es por esto que los riesgos de salud asociados al cigarrillo tradicional sean iguales en este sistema.
Uno de los riesgos que se ha observado, en torno al consumo del cigarrillo electrónico, es que este sistema de vapor es consumido en grupo y en lugares frecuentados por jóvenes y adolescentes.
En este sentido, al problema de que este cigarrillo contiene sustancias tóxicas se une la dificultad de estar rodeado su consumo del aspecto social. Si el joven no consume el cigarrillo pasa a ser rechazado por el grupo.
Las campañas a favor de dejar el cigarro tradicional parecieran ahora retroceder. En este sentido, las instituciones promotoras de estos planes están en alerta al respecto.