¿Pór que protestan en Haití? algunos de los motivos - N Digital
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¿Pór que protestan en Haití? algunos de los motivos

 

 

Haití sufre un nuevo terremoto, esta vez político, cuyo epicentro es la corrupción. El balance oficial de los disturbios violentos que tuvieron lugar el domingo pasado en Puerto Príncipe y en las ciudades más importantes arroja al menos seis personas muertas y otras cinco heridas, aunque la oposición asegura que las víctimas mortales superan la decena y los heridos se acercan al medio centenar.

Los manifestantes exigieron que se enjuicie a los responsables de la trama de corrupción vinculada a PetroCaribe, programa petrolero inventado por Hugo Chávez ayudar a los pequeños países del Caribe a cambio de su fidelidad a la revolución bolivariana.

El país caribeño es todavía un aliado incondicional de Caracas, pese a su cercanía política a Estados Unidos y pese a que fue en su capital donde la Administración para el Control de Drogas estadounidense detuvo a los dos sobrinos de la pareja presidencial venezolana, condenados este lunes en Nueva York por narcotráfico.

Los partidos opositores acusan a ministros y dirigentes próximos al presidente Jovenel Moise y su antecesor y padrino político, el cantante de carnaval Michel Martelly, de haber engordado sus cuentas bancarias con más de 2.000 millones de dólares procedentes de los fondos venezolanos y de la ayuda mundial tras el terrible terremoto de 2010. Más de 300.000 personas fallecieron entonces y alrededor de millón y medio se quedaron sin hogar.

La inestabilidad reinaba el lunes en el país caribeño, entre acusaciones de unos y otros y llamados a la huelga, una incertidumbre que forma parte de su cotidianidad. Desde Puerto Príncipe a la frontera con República Dominicana, los comercios permanecían cerrados en su mayoría y los ciudadanos evitaban circular en sus calles, que no contaban ayer con transporte público. Escuelas, universidades y centros de trabajo también aparecían desiertos.

“El tiempo de la batalla ha terminado. Ahora es el momento de trabajar juntos para romper las cadenas de la miseria y construir un Haití que sea el orgullo de nuestros antepasados”, propuso Moise, un llamado a la unidad que no fue aceptado por sus detractores.

El presidente haitiano ya se vio obligado a destituir en los últimos meses a dos jefes de su gobierno y a varios ministros, tras las protestas provocadas por la subida del precio de la gasolina y las mismas acusaciones de corrupción y de impunidad. Fue el propio Senado del país quien desde 2016 ha aireado los negocios corruptos de los dirigentes, aunque no ha conseguido que ninguno de ellos sea condenado.

Disturbios, golpes de estado, dictadores, terremotos, huracanes y revueltas populares resumen al país más pobre del continente. Un estado de calamidad nacional continuo, el único capaz de batir a Venezuela en índices de desnutrición: 45,8% de personas subalimentadas frente al 11,7% de Venezuela hasta 2017, según la FAO. El país petrolero ha profundizado su abismo durante 2018.

Haití, pese a convivir en la misma isla que República Dominicana, no es capaz de subirse al crecimiento económico y social que vive su vecino. Basta con cruzar la frontera para comprobar las enormes diferencias entre uno y otro. Como si el desastre humano no fuera suficiente, Haití también es un país de vegetación esquilmada, sin bosques ni árboles. La deforestación avanza de forma incontenible, aunque ya no le queda mucho por devorar.

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