Bangkok .- Con una sonrisa perenne, seguridad al desfilar y una personalidad arrolladora, la filipina Catriona Gray se coronó hoy Miss Universo 2018 y suma para su país el cuarto cetro de este certamen de belleza.
Gray, quien contó desde el primer minuto con el apoyo del público congregado en Bangkok para presenciar la gala, respaldó su candidatura mostrando su compromiso social y ganas de trabajar con los más pobres, en referencia a las barriadas en Manila.
“Hay muchos niños que no tienen acceso a una educación de calidad”, señaló la modelo nacida en Australia de padre escocés y madre filipina, quien además colabora en una organización para concienciar a las personas sobre los peligros del Sida.
“Es algo por lo que siento mucha pasión porque hace unos años perdí a un amigo cercano por complicaciones derivadas de VIH”, señaló Gray en rueda de prensa tras coronarse como la más bella.
“Por lo que extender la concienciación sobre este asunto y animar a la gente a que realicen una simple prueba para conocer si están infectados es definitivamente uno de mis proyectos”, añadió.
Al escuchar su nombre, Gray, que lucía un largo vestido de noche rojo y brillante -inspirado en el volcán Mayón, vinculado a sus raíces filipinas- que mostraba la pierna derecha, se fundió en un abrazo con la sudafricana Tamaryn Green, primera dama de honor.
La belleza filipina obtuvo la tiara de manos de su predecesora, la sudafricana Demi-Leigh Nel-Peters, y desfiló frente a unos espectadores entregados que corearon su nombre y ondearon la bandera filipina.
Aventurera, espontánea y amante de la música, esta mujer de 24 años logró el póquer de coronas para Filipinas tras los éxitos de Pia Wurtzbach (Miss Universo 2015), Gloria Diaz (Miss Universo 1973) y Margarita Roxas (Miss Universo 1969).
“La música tiene una habilidad maravillosa para conectar gente a través de lenguajes y culturas. Es un instrumento que me encantaría utilizar durante Miss Universo“, declaró la recién coronada reina de la belleza y quien hace tres semanas publicó su primera canción.
En tercer lugar, y segunda dama de honor, quedó la venezolana Sthefany Gutiérrez, quien defendió durante su alegato final “el coraje, la fuerza y la confianza” de las personas “para lograr cualquier meta y objetivo” y alabó la enseñanza y valores que las mujeres de su familia le inculcaron.
A la ronda final también llegaron la puertorriqueña Kiara Ortega, quien defendió en el turno de preguntas la prensa libre y la “libertad para informar de los reporteros”, y la vietnamita H’Hen Nie.
Entre las latinas también destacaron la costarricense Natalia Carvajal, quien se quedó en el grupo de las 10 finalistas y llegó a bromear con el presentador de la gala, el estadounidense Steve Harvey; y la brasileña Mayra Dias, quien pasó el corte entre las 20 mujeres más bellas.
En esta edición de Miss Universo y por primera vez en la historia de este concurso de belleza, una mujer transexual participó en la final: la española Ángela Ponce, quien quedó eliminada en primera ronda.
En homenaje a su concurso, la organización del certamen emitió un vídeo dedicado a la lucha de Ponce hasta llegar a la final.
“Yo no necesito ganar Miss Universo, me sirve con llegar aquí para difundir mi mensaje de tolerancia”, señaló en la grabación la española, activista por los derechos de LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), en la que aparecía con ojos llorosos pero determinada a lograr que el mundo cambie.
A continuación, Ponce regresó en solitario a la pasarela donde fue ovacionada por el público que se concentró en el centro de convenciones IMPACT, al norte de Bangkok, y aplaudida por las 93 compañeras en el concurso.
El jurado del concurso, que incluyó a empresarias, emprendedoras y una antigua Miss Universo, estuvo formado solo por mujeres por primera vez en la historia de este certamen de belleza creado en 1952.
Esta es la tercera vez que Tailandia se convierte en anfitrión de este concurso: la primera fue en 1992, año en que fue coronada Michelle McLean, de Namibia, y la última fue en 2005, cuando se impuso la canadiense Natalie Glebova.