Una pelea en el metro de Ciudad de México dejó pasmadas a las autoridades. Un simple “empujón” provocó una riña entre una pareja de la tercera edad y un hombre invidente, dejando como resultado a una mujer sin un pedazo de dedo.
Lo anterior ocurrió la mañana del martes en la estación San Antonio Abad, muy cerca del centro histórico de la capital mexicana.
En el metro de la ciudad es común ver a gente, algunos incluso con discapacidades, vendiendo mercancía entre los pasillos de los vagones. La “vendimia“, como se le conoce localmente, no discrimina a nadie: es normal encontrar desde niños pequeños hasta adultos mayores vendiendo dulces, bolígrafos, pomadas, herramientas, y un sinfín de productos de todo tipo.
La pelea inició después de que un “vagonero” con discapacidad visual abordó el tren para vender paquetes de chicle. El hombre llevaba un bastón para caminar entre la multitud de capitalinos aglomerados al interior del vagón.
De acuerdo con la versión de las autoridades, mientras vendía sus productos el comerciante ambulante empujó a una pareja de adultos mayores para poder pasar. Esto provocó el enojo del hombre, quien se giró para reclamarle y pedirle que “tuviera cuidado“, según consta en el informe policial.
La versión de varios testigos es que lejos de pedir disculpas, el vendedor ambulante comenzó a insultar al sexagenario: “si no te gusta vete en taxi, pinche viejito“, fue una de las cosas que le dijo.
Supuestamente, cuando los ánimos subieron de tono iniciaron las agresiones físicas entre los dos hombres.
En ese momento la esposa trató de tranquilizar la situación y metió la mano entre ambos, pero el vendedor lanzó una mordida que terminó por arrancarle un pedazo del dedo medio de su mano izquierda.
Los gritos de la señora alertaron al resto de los usuarios, quienes activaron la palanca de emergencias y detuvieron al hombre invidente.
A los pocos minutos llegaron agentes de la Policía Bancaria Industrial y forcejearon varios minutos con el “vagonero”, quien se resistió a ser detenido.
Las declaraciones de los testigos ayudaron a contradecir al hombre, que en todo momento negó haberle propinado el mordisco a la señora.
La mujer tuvo que ser atendida en el lugar y posteriormente fue trasladada a un hospital.
La noticia no tardó en esparcirse y al poco tiempo el vendedor invidente fue apodado como el “caníbal del metro“.