EEUU deportó durante el año pasado a 1,725 dominicanos por transgredir leyes estatales y federales, incluyendo algunos que ya habían cumplido condena en este país.
De ellos, 1,602 fueron hombres y 123 mujeres. La cifra es ligeramente inferior a 2017, cuando hubo 1,992 repatriaciones.
En la lista hay 46 que cumplieron cárcel por asesinatos y 664 por delitos de narcotráfico, según datos de la Dirección General de Migración.
Otros también purgaron condenas por lavado de activos, robos, fraudes, migración ilegal, porte ilegal de armas de fuego, asaltos, documentos falsos, violaciones sexuales, trata de personas, terrorismo, violencia doméstica, secuestros y delitos menores.
Algunos de los deportados fueron arrestados durante intentos de entrada ilegal a EEUU, a través de diversas vías, y en este país tienen negocios y/o parientes.
Una de los más formas más típicas es viajar como polizones en barcos mercantiles que zarpan de puertos dominicanos hacia muelles de EEUU; cruzar en balsas improvisadas hacia Puerto Rico, o viajar a México e intentar cruzar la frontera terrestre.
Previo a su expulsión, los dominicanos con orden de deportación permanecen semanas retenidos en un centro de ICE, mayormente en la ciudad de Nueva York.
Al llegar al país, son entregados a representantes de organismos de seguridad local que, en el caso de República Dominicana, incluyen la Dirección General de Migración, el Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), Policía Nacional y el Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria y de la Aviación Civil (CESAC).
Si no tienen asuntos pendientes con la justicia dominicana, quedan eventualmente en libertad.