Shirell Powell estuvo durante nueve días junto a un paciente en coma con daño cerebral que, según los médicos del Hospital St. Barnabas, era su hermano. Y en base a esa información autorizó que fuese desconectado del soporte vital.
Pero en realidad se trataba de otro hombre que se llamaba igual: Frederick Williams.
Sólo después de autorizar la eutanasia, Powell supo que se trataba de un extraño y que su hermano estaba en la cárcel. Por ello ahora está demandando al hospital en la Corte Suprema de El Bronx.
“Casi me desmayo porque maté a alguien que ni siquiera conocía. Di mi consentimiento”, dijo Powell (48) residente de Crown Heights, a New York Post.
El caso bizarro comenzó el pasado 15 de julio, cuando un paciente de 40 años llamado Freddy Clarence Williams ingresó en el hospital St. Barnabas de El Bronx, inconsciente por una aparente sobredosis de drogas, explica la demanda. Tenía su tarjeta de Seguro Social que lo identificaba por ese nombre.
Pero el hospital llamó a Powell diciéndole que su hermano, Frederick Williams, también de 40 años y quien no tiene segundo nombre, había sido admitido y estaba cerca de la muerte.
“Tenía tubos en la boca, un collarín”, recuerda Powell. “Estaba un poco hinchado. . . [Pero] se parecía mucho a mi hermano”.
Como el paciente nunca pudo hablar, “Simplemente asumieron que era mi hermano”, relata. Unos días después le diagnosticaron muerte cerebral.
Asumiendo que era su hermano menor, Powell recuerda ese momento: “Fue muy doloroso”, dijo. “Estaba preocupada, herida, llorando, gritando, llamando a todos. Fue un sentimiento horrible.”
Sin motivo para esperar su recuperación, se contactó con familiares en el sur y les dijo que vinieran a despedirse. La primera que sospechó fue otra hermana suya, quien cuestionó que el paciente fuese quien ellas pensaban.
“Ella entró en la habitación y dijo: ‘Ese no es mi hermano’”, recordó Powell. “Dije, ‘¿Qué quieres decir?’”
“El paciente era mucho más grande”, explicó Powell. Pero luego la hermana admitió su supuesto error y coincidió en que sí se trataba de su “hermano” menor.
El 29 de julio, con su tío y su hermana a su lado, Powell “autorizó [al hospital] a retirar el soporte vital de Frederick Williams”, dice la demanda. “Fue muy devastador”, recordó.
La “muerte” de Frederick Williams fue aún más difícil para sus dos hijas: Brooklyn (17) y Star (18). Sólo después de una autopsia, se reveló la verdad: el fallecido era “otro” Freddy Williams.
Powell dijo que recibieron la llamada cuando estaban haciendo arreglos para el funeral. “Nos llamaron justo a tiempo”, afirmó Powell. “Habríamos estado enterrando a alguien más”.
Mientras tanto, el verdadero hermano de Powell estaba en la cárcel en un arresto por asalto el 1 de julio en el Bajo Manhattan. Powell fue a la Corte Suprema para la próxima audiencia unas semanas después. “Vi a mi hermano”, dijo ella. “No lo podía creer. Me sentí muy aliviada”.
Entrevistado en la cárcel de Rikers Island, Freddy Williams dijo que había perdonado a su hermana por desconectar al hombre que ella creía que era él.
“Los médicos le dijeron que no podían hacer nada”, dijo. Sin embargo, se enfureció: “¿Cómo pudo el hospital hacer algo así? Mira por lo que hicieron pasar a mi familia”.
El abogado de Powell, Alexander M. Dudelson, se quejó de que trató de obtener información sobre Freddy Clarence Williams, el extraño que murió, pero se la negaron alegando razones de privacidad. “Esto está más allá de una conducta imprudente (…) Una disculpa hubiera sido agradable”.
Cuando se le preguntó sobre la demanda, que busca daños no especificados, el portavoz del hospital, Steven Clark, respondió: “No creemos que este reclamo tenga algún mérito”.
“Por un lado, estoy agradecida de que no fuera [mi hermano]. Por otro lado, maté a alguien que era el padre o hermano” de alguien, concluyó Powell.
Fuente: El Diario