En cualquier momento el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán puede ser condenado a cadena perpetua.
En las diez semanas que duró el juicio se mostraron decenas de fotografías, cientos de mensajes de texto encriptados y los testimonios de 56 testigos, 14 de ellos ex socios del capo mexicano que declararon en su contra para obtener privilegios o una reducción de sentencia.
Guzmán Loera es acusado de traficar durante más de 30 años toneladas de drogas desde Centroamérica a México y de ahí hacia Estados Unidos y Canadá. Lo hizo de todas las formas posibles: en barcos pesqueros, lanchas, aviones diseñados para evadir radares, vehículos de pasajero, trenes cargueros, submarinos, tractocamiones y túneles.
Los testigos también lo acusaron de haber sobornado a funcionarios de casi todos los niveles de la policía, el Ejército y la política de México, incluido un supuesto pago de USD 100 millones al ex presidente Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con fuentes del caso consultadas por la agencia Efe, el juez Cogan podría contemplar la posibilidad de enviar a “El Chapo”, en caso de ser condenado, a la prisión federal del Estado de Colorado, la más segura del país, situada en medio del desierto.
Esta prisión federal de máxima seguridad (supermax) está diseñada para aislar a los reos del resto del mundo.
ADX Florence
La cárcel se encuentra en una zona aislada del condado de Fremont, en Colorado, en el centro de los Estados Unidos.
“Lo peor de lo peor en la vasta red de prisiones en EEUU por lo general termina en ADX. También es conocida como La Alcatraz de las Rocosas“, declaró el ex director de la prisión, Robert Hood, en un reportaje especial para la cadena CNN.
El lugar es conocido por la vista que ofrecen las montañas de la región, aunque el centro penitenciario está diseñado de tal manera que los presos nunca podrán apreciarlas.
“Ahí es cuando realmente te golpea. La primera vez que llegas te encuentras con la belleza de las montañas rocosas en el fondo. Pero cuando entras, esa fue la última vez que las viste”, dijo Hood.
La prisión cuenta con 490 celdas individuales, en las que los reos pasan 23 horas al día solos en un espacio de concreto que mide 2,1 metros de ancho por 3,6 metros de alto.
Las comidas se deslizan a través de pequeños agujeros en las puertas y las camas son losas de hormigón revestidas con un delgado colchón y mantas.
Una sola ventana de 42 pulgadas de alto por 4 pulgadas de ancho permite que se filtre un poco de luz natural.
Los lugares de internamiento están hechos de tal forma que los presos no pueden ver a sus compañeros ni tener ningún tipo de contacto con ellos.
El complejo está diseñado para que los internos tampoco puedan ver el cielo. Intencionalmente hay cables para evitar que aterrice algún helicóptero. “La arquitectura del edificio es la clave del control“, aseguró Hood.
Cada vez que salen de sus celdas, los presos deben usar hierros en las piernas, además de esposas y cadenas estomacales. Tienen permitido una hora de “recreo” al día, en la que pasan el tiempo en una jaula al aire libre que es apenas un poco más grande que sus celdas. Sin embargo, desde ahí sólo pueden ver el cielo. Nada de montañas.
Algunas celdas cuentan con radios y televisores en blanco y negro que ofrecen programas religiosos y educativos.
Los reos pueden trabajar en la prisión como limpiando duchas u otras actividades de limpieza.
Módulo H
El módulo H es una unidad de seguridad especial hecha para limitar estrictamente todas las comunicaciones con el mundo exterior. Está conformada por 148 celdas y ahí duermen los prisiones más peligrosos, que por lo general suelen ser terroristas islámicos.
ADX Florence ha sido criticada por organizaciones defensoras de los Derechos Humanos debido a sus duras condiciones de aislamiento.
Un informe de Amnistía Internacional reveló que los presos con enfermedades mentales y los más jóvenes son particularmente vulnerables a desarrollar algún tipo de trastorno psicológico.
El reporte detalla que en muchos casos el aislamiento afecta las habilidades sociales de los presos, y en algunos casos genera paranoia.
Desde su creación, en 1994, al menos dos reos se han suicidado.
Prisioneros notables
Algunos de los reos con los que compartiría terreno “El Chapo” son Eric Rudolph, un terrorista estadounidense responsable de los atentados en los juegos Olímpicos de Atlanta en 1996; Michael Swango, un doctor que mató cerca de 60 pacientes a través de inyecciones letales; Zacarias Moussaoui, ex miembro de Al Qaeda que participó en la planificación de los atentados del 11 de septiembre; Ramzi Yousef, considerado el “cerebro” del atentado de las torres gemelas y Ted Kaczynski (The Unabomber), egresado de Harvard que entre 1978 y 1995 envió 16 cartas bomba a distintas universidad del país.