Considerado un “depredador sexual” por la Justicia de los EEUU, el comediante Bill Cosby lleva casi cinco meses en prisión por agredir sexualmente a Andrea Constand y según cuenta su portavoz, Andrew Wyatt, está siendo para él en “una experiencia increíble“.
Desde el pasado 26 de septiembre Cosby pasa sus días en una prisión de máxima seguridad en las afueras de Filadelfia por haber violado y drogado a Constand en su mansión de Filadelfia en 2004. Fue condenado a cumplir entre 3 y 10 años de prisión.
En una entrevista para la cadena NBC10, Wyatt ofreció detalles sobre el estado de salud del cómico, su rutina diaria y sobre el hecho de que su esposa no lo haya ido a visitar.
“Se ve realmente increíble“, afirmó Wyatt, sobre el intérprete, de 81 años. “Ha bajado de peso“, agregó el hombre, que ha sido la mano derecha del actor durante diez años.
Una de las mayores revelaciones que hizo el confidente del actor es que su esposa, Camille Cosby, no lo ha visitado desde su entrada en prisión. “Él no quiere que lo visite”, sostuvo Wyatt, que es uno de las pocas personas que tienen contacto directo con él en la cárcel.
Él no está arrepentido porque no hizo nada malo
En un comunicado escrito por el propio Cosby , el actor afirma que es un “preso político” a la altura de Mandela o Martin Luther King y que por eso no siente “ningún remordimiento”.
“Mis creencias políticas y mis acciones para humanizar todas las razas, los géneros y las religiones, me han traído a este lugar rodeado de cercas con alambres de púas y a una habitación de hierro y acero”, sostiene Cosby en el escrito enviado a la prensa.
Y añade: “Me levanto como un preso político y sonrío”.
En su misiva, Cosby asegura que tanto el fiscal del condado de Montgomery, Kevin Steele, como el juez Steven O’Neill, lo declararon culpable “por fines políticos no por justicia”.
Cosby, quien está parcialmente ciego, fue designado a una serie de reclusos para ayudarlo durante todo el día, dada su edad y discapacidad, explicaron las autoridades.