En un auto oficial rumbo a Aeroparque, tras dormir pocas horas en Buenos Aires, Juan Guaidó aceptó un reportaje exclusivo con Infobae. El presidente interino de Venezuela explica con pasión su plan para forzar la renuncia de Nicolás Maduro y agradece el apoyo constante de Mauricio Macri. Viaja a Ecuador, quizás visite otro país de la región, y regresará a Venezuela para enfrentar en las calles al líder populista.
Guaidó planifica una masiva movilización popular para demostrar que su poder de convocatoria está intacto después del bloqueo a la ayuda humanitaria ejecutado por Maduro en las fronteras con Brasil y Colombia.
En ese oportunidad, el régimen asesinó, reprimió e incendió un camión que transportaba medicamentos y alimentos hacia Caracas. El presidente interino de Venezuela sufre amenazas todos los días, y no le importa pagar con su libertad personal, si ello implica abrir la transición democrática en su país.
“La democracia llegará a Venezuela, aunque yo no esté al frente en las calles. Ya es un proceso político que ni Maduro, ni nadie, podrá parar”, aseguró Guaidó a Infobae antes de bajar del auto junto a su esposa Fabiana Rosales.
¿Qué balance hace de su visita a la Argentina?
-Fue muy productiva. Reinicia y marca una nueva etapa de la relación entre Venezuela y la Argentina. Nosotros estamos en una situación bien compleja, de una usurpación del Poder Ejecutivo, de una dictadura en este momento en Venezuela, y por eso estamos buscando y reuniendo las capacidades diplomáticas, políticas e internacionales para lograr su cese. Pero también estamos pensando en el futuro, y una vez que ya no esté Maduro, Venezuela necesita para su recuperación de la agroindustria o del sector eléctrico, por ejemplo, y para ello hay que tener respaldo, ayuda y cooperación internacional.
Usted plantea una hoja de ruta con tres hitos fundamentales: terminar con Maduro, ejercer un gobierno de transición y convocar elecciones libres y transparentes. ¿Cuál será su próximo paso cuándo regrese a Venezuela?
-Es elemental la movilización ciudadana y la cooperación internacional de cara al cese de la usurpación. Y de cara a la transición, nosotros tenemos que generar gobernabilidad y estabilidad en el país. Reinstitucionalizar. ¿Para qué? Para dar paso a las elecciones libres. Hay que lograr un flujo para los alimentos y las medicinas, y eso lleva tiempo. Y con el flujo de alimentos y medicinas, vamos a tener gobernabilidad y estabilidad.
La represión ilegal de Maduro bloqueó la ayuda humanitaria : ¿Cómo hará para que esos alimentos y medicinas lleguen a Venezuela?
-La emergencia humanitaria persiste y se agrava todos los días. Por eso, nosotros vamos intentar de nuevo ingresar la ayuda humanitaria, porque va a salvar vidas…
-¿A través del mismo método, con los camiones cruzando los puentes que unen Colombia con Venezuela?
-Evaluaremos todos los métodos. Pero lo más importante es que vamos a insistir.
Rusia, China y Cuba
Maduro es apoyado por Vladimir Putin, Xi Jinping y miles de asesores cubanos que responden a las órdenes de la Habana. Rusia y China vetan todas las decisiones que propone la comunidad internacional en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU), y además auxilian con inteligencia, hackers, fondos frescos y logística. Beijing tiene inversiones por 50 mil millones de dólares y Moscú pretende explotar áreas petroleras y ya envió aviones de combate ultramodernos para que Maduro proteja su espacio aéreo. Putin y Xi aún respaldan al líder populista, pero lo que importa para estos referentes globales es que Rusia y China no pierdan influencia regional.
En distinto escenario está la influencia cubana. La Habana controla los servicios de inteligencia, maneja el poder de fuego de las principales unidades militares y tiene un peso casi opresivo en la toma de decisiones que ejecuta Maduro en el Palacio de Miraflores. Los cubanos manejan la estrategia de defensa y la información clasificada del régimen, y por eso la posición de Guaidó es diferente, si se la compara con la estrategia diplomática que aplicará respecto a Rusia y China.
El presidente interino respetará los contratos lícitos con Moscú y Beijing, y no tendrá ninguna contemplación con los asesores cubanos. Para Guaidó se trata de una intromisión directa en Venezuela y no dudará en expulsar a todos los agentes cubanos cuando asuma el gobierno de transición democrática que reemplazará al régimen populista.
China, Rusia y Cuba son muy influyentes en Venezuela. ¿Cuál es su estrategia diplomática para que apoyen la transición democrática?
-Creo que son casos distintos. Lo primero, es no darles el mismo tratamiento a todos. Eso es lo importante…
¿Cómo los dividiría?
-Cuba está haciendo evidentemente una influencia de inteligencia y contrainteligencia, con seguimiento y persecución incluso a nuestros militares.
¿Y Rusia y China?
-Tienen grandes inversiones en Venezuela, por eso es distinto a Cuba. Insisto con esto: hemos dicho que todos los países que han tenido contrataciones con Venezuela legítimas y legales, van a ser reconocidas. Tanto Rusia como China, esto ya lo saben.
¿China y Rusia ya saben que usted respetará las inversiones legítimas y legales?
-Sí. Claro. Se trata de un proceso, de establecer confianza en las relaciones diplomáticas. Esto no será sencillo en lo inmediato, pero esos dos países saben que lo de Maduro no es viable, ni político, ni social, ni económicamente.
Y si tienen expectativas de recuperación de inversión en Venezuela, están conscientes de que no pasará por Maduro.
Maduro está al acecho
La justicia venezolana alineada con el líder populista prohibió la salida de Venezuela y amenazó con la captura del presidente interino. Sin embargo, Guaidó no reconoce ese fallo judicial y hace unos días cruzó la frontera con Colombia para participar del Venezuela Aid Live, la operación humanitaria que debía trasladar la ayuda hasta Caracas y la cumbre en Bogotá del Grupo Lima.
En ese encuentro, un tema de discusión diplomática fue la compleja situación personal y familiar que está sufriendo Guaidó ante las constantes amenazas del régimen populista. “Yo voy a seguir, pese a todo”, aseguró ante Infobae.
¿Qué le puede pasar cuando regrese a Caracas?
-Ya lo hemos hablado. Aquí lo importante es que continúe la movilización y el proceso diplomático internacional. Tiene que continuar la presión sobre Maduro.
¿Esa estrategia es al margen de su detención?
-Exactamente. Eso sería un golpe de estado, incluso. Y sería un último error del dictador además, una aberración, cuando más de sesenta países me reconocen como Presidente.
¿Usted plantea que el proceso de transición democracia continúe, a pesar de su eventual detención?
-Independientemente que me detengan o no, ya hay unos planteamientos muy específicos, tanto de movilización como de protestas, como de acciones con empleados públicos. Eso está bien delineado: hemos trazado una estrategia que consiste en que todo el pueblo venezolano salga a la calle.
¿Si a usted lo detienen en Caracas habría un levantamiento popular?
-Creo que no hay dudas, habría un levantamiento popular. E internacional. Ese respaldo ha sido determinante. En Venezuela, por el ejercicio de la política, corre riesgo la vida, y la libertad por supuesto. Pero eso, no nos va a detener.
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