Sin motivo, sin explicación alguna, el periodista polaco Tomek Surdel, corresponsal de Gazeta Wyborcza en Caracas, fue golpeado salvajemente la noche del jueves por alegadamente cuerpos de seguridad del Gobierno de Nicolás Maduro. Su cara quedó llena de moratones y deformada, la viva imagen de los riesgos de ser un periodista crítico en el país petrolero.
Surdel iba en camino a su casa tras reunirse con un diplomático de Polonia cuando hombres vestidos de negro y armados ordenaron parar el coche en el que iba. Eran las 10:30 de la noche del jueves en Bello Monte, en el oeste de la capital. Le pidieron sus documentos, él entregó su cédula de extranjero, que airea su profesión: periodista.
“Todos iban de negro con pasamontañas y tenían un carro negro. Me parece haber visto en una de las mangas el logo de la PNB. Se fueron con la cédula de identidad y regresaron a los cinco minutos y me dijeron que me bajara del carro. Por idiota, me bajé. Me pusieron una capucha en la cabeza y me golpearon sin preguntar nada, sin discutir”, relató el reportero y fotógrafo a EL MUNDO.
Cuando le quitaron la capucha, Surdel vio que tenía una pistola apuntándole entre los ojos. El jefe de los uniformados ordenó disparar y quien sostenía la pistola lo hizo. El arma no estaba cargada. Los hombres de negro rieron a carcajadas y se fueron. No le robaron nada al periodista, no le explicaron cuál fue su delito ni por qué lo golpearon. Lo dejaron tirado en el asfalto.
Surdel asegura que nunca ha sido amenazado por ningún funcionario policial, militar, ni del Gobierno. Pero Venezuela ya le ha dejado cicatrices: “Hace tres años me apuñalaron en un intento de robo, pero no eran policías, era un malandro”, dijo.
El periodista llegó al país el 30 de enero para cubrir las protestas opositoras tras la jura del líder opositor Juan Guaidó como presidente encargado. Tenía dos años y medio sin pisar el país. Antes, había vivido siete años en Caracas. Se conoce cada esquina, sabe cómo funciona todo y, sin embargo, no sé explica por qué lo atacaron.
“Escribí un artículo sobre las FAES (las temidas Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional, que han ajusticiado a delincuentes y manifestantes opositores, según respetadas ONG como Provea). Imagino que ninguno de mis artículos le gusta al Gobierno Venezuela, pero no había tenido problemas hasta ahora”, explicó Surdel.
El reportero se iba de Venezuela hoy. Ya no podrá. Denunció lo ocurrido ante su embajada, pero se ríe cuando se le pregunta si hará lo propio ante la policía.
“Voy a contarle al sindicato de periodistas (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa). Tenía mi vuelo de Air France a las 5:00 pm, pero no voy a salir, voy a quedarme como una semana más”, añadió.
El Sindicato de Trabajadores de la Prensa denunció en sus redes lo ocurrido en una semana muy agitada. El periodista y experto en redes, el hispano venezolano Luis Carlos Díaz, permaneció detenido 25 horas por la policía política y excarcelado con medidas cautelares: prohibición de salida del país, de declarar sobre su caso tras ser acusado de instigación a delinquir.
La semana pasada, el periodista estadounidense Cody Weddle también fue detenido por agentes de Contrainteligencia Militar y luego fue deportado.
El jueves, Rafael González, quien prestaba servicios de seguridad a CNN también fue detenido por presuntos funcionarios del servicio de Inteligencia en el aeropuerto de Maiquetía, que sirve a Caracas.
“Rafael González, miembro de la empresa de seguridad que presta servicios para CNN en Venezuela, tiene 24 horas desaparecido, luego de ser abordado en Maiquetía por presuntos funcionarios del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), que pidieron credenciales a la prensa en el sitio”, denunció el Sindicato de Trabajadores de la Prensa.
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