La Policía intenta el sábado conocer el motivo por el cual un ingeniero de obras públicas disparó indiscriminadamente contra sus compañeros de trabajo, convirtiendo un edificio municipal de Virginia Beach, una pequeña ciudad de Estados Unidos, en una zona de guerra al matar a 12 personas y herir gravemente a cuatro.
Las autoridades estatales identificaron al autor del tiroteo del viernes como DeWayne Craddock, de unos 40 años, en una conferencia de prensa que se centró en las víctimas del último brote de la epidemia de violencia con armas de Estados Unidos.
Craddock, quien fue abatido por la policía, era empleado del departamento de obras públicas de Virginia Beach, donde había trabajado durante unos 15 años, dijo el jefe de la policía, James Cervera, en la conferencia.
Cervera se negó a decir si Craddock había sido sancionado hace poco o si su registro mostraba problemas laborales. El diario Wall Street Journal informó que había sido despedido recientemente. Otros reportes de prensa dijeron que había servido en la Guardia Nacional del Ejército tras graduarse de la escuela secundaria.
“Estamos haciendo una investigación en profundidad sobre los hechos anteriores al incidente, así como del incidente”, dijo el jefe policial.
El presidente Donald Trump afirmó el sábado por la mañana en Twitter que habló con el gobernador de Virginia, Ralph Northam, y con el alcalde y el vicealcalde de Virginia Beach para ofrecer condolencias.
“El gobierno federal está allí, y lo estará, para lo que necesiten. ¡Dios bendiga a las familias y a todos!”, agregó.
También ordenó que las banderas de Estados Unidos sean colocadas a media asta hasta la puesta del sol del martes.
En una vigilia de oración, Northam preguntó: “¿Por qué suceden estas tragedias? No tengo una respuesta para eso, pero Dios sabe… Y Dios tiene el control aquí”.
Doce muertos
El administrador de la ciudad, Dave Hansen, comenzó la conferencia de prensa proyectando diapositivas con fotos de las 12 víctimas mortales, siete hombres y cinco mujeres, mientras leía sus nombres, uno por uno. Once de ellos trabajaban para la ciudad de 450.000 habitantes, situada a unos 300 km al sur de Washington.
Según funcionarios municipales, tres de los cuatro heridos se encuentran en estado crítico y uno estaba en buen estado el sábado.
La policía respondió a las llamadas de emergencia del centro municipal, un conjunto de 30 edificios de estilo colonial, y rodeó al tirador en cuestión de minutos, dijo Cervera.
Craddock estaba armado con dos pistolas calibre .45, que parecían haber sido compradas legalmente, dijo Ashan Benedict, de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
Al menos una de las armas estaba equipada con un silenciador, señaló a su vez Cervera. Otras dos fueron halladas en el domicilio del atacante, que vivía solo.
Según Cervera, el lugar de los hechos parecía una “zona de guerra”. Un oficial recibió un disparo, pero sobrevivió gracias a su chaleco antibalas.
“Muy introvertido”
El edificio que se convirtió en escenario de la matanza albergaba las oficinas de obras y servicios públicos de la ciudad y puede tener un tránsito de hasta 400 personas en ciertos momentos.
Bajo una intensa lluvia este sábado, la policía vigilaba el edificio mientras agentes del FBI y expertos forenses recorrían el lugar del tiroteo.
El alcalde de la ciudad, Bobby Dyer, dijo el viernes que se trató “del día más catastrófico de la historia de Virginia Beach”.
Decenas de dolientes, muchos sollozando, se reunieron en el estacionamiento donde Northam habló para rendir homenaje a las víctimas. Alguien tocó una guitarra.
“Esto es algo que no debería suceder”, dijo Mary Sullivan Trent, una pastora local. “Y esto es algo en lo que deberíamos estar trabajando para evitar que se repita”.
Megan Banton, empleada municipal, dijo a la televisión que durante el caos ella y unos 20 compañeros se escondieron en una oficina, donde usaron un escritorio para trancar la puerta.
“Queríamos tratar de mantenernos a salvo todo lo que pudiéramos y mantenernos al teléfono con el 911, para asegurarnos de que la policía venía. No pudieron llegar lo suficientemente rápido”, dijo, agregando que la espera se sintió como de “horas”.
Una vecina de Craddock contó que era retraído y se levantaba a horas extrañas.
“Lo escuchabas caminar. Solía dejar caer cosas como a las 2 de la madrugada”, dijo Cassetty Howerin a una televisora.
“Nunca lo vi sacar basura, traer comida, nunca vi entrar o salir gente”, añadió. “Era muy introvertido”.
150 tiroteos masivos en un año
De acuerdo con el grupo de monitoreo Gun Violence Archive, con sede en Washington, la del viernes fue la 150º ocasión este año que sucede un tiroteo masivo en Estados Unidos, definido como un evento en el que cuatro o más personas son heridas o asesinadas por las balas.
Esa tasa, como señaló el senador demócrata Chris Murphy en Twitter, equivale a casi un tiroteo en masa por día.
A pesar de la magnitud de la violencia con armas de fuego en todo el país, las leyes de compra y propiedad de armas son poco estrictas, y los esfuerzos para abordar el tema desde el ámbito legislativo han quedado estancados a nivel federal.