La corriente habitual en el mundo de la automoción es la de ofrecer coches sin apenas controles físicos: grandes pantallas táctiles dominan los modelos más futuristas y avanzados de los fabricantes, que contagiados por ese atractivo aspecto han apostado por integrar muchos de esos dispositivos en sus últimos modelos.
Afortunadamente no todos los grandes de la automoción van en esa dirección, y Mazda ha anunciado que renuncia a esas pantallas táctiles que introducen riesgos claros: el conductor tiene que mirarlas y tocarlas para controlarlas, algo que puede provocar distracciones y accidentes fatales. Están eliminándolas de sus diseños, y en su lugar apuestan sobre todo por los botones y diales que el conductor no tendrá que mirar para controlar.
VUELTA A LOS (BUENOS) ORÍGENES
Como indican en MotorAuthority, los responsables de Mazda comenzaron a estudiar los efectos de las pantallas táctiles en la seguridad al volante, y eso les llevó a la decisión actual: erradicar estos dispositivos de sus coches, una medida que comenzará a aplicarse en 2019 al nuevo Madza 3.
Este modelo contará con una pantalla en la parte central, pero se trata de una versión de 8,8 pulgadas que alejan del conductor aunque está ligeramente orientada hacia él, algo que según Mazda permite que pueda consultarla rápidamente y sin desviar apenas la mirada de la carretera.
Esa pantalla se controla con diales que encontramos tanto cerca de la palanca de cambios como en la parte central del salpicadero. En ellos es posible controlar la reproducción musical o del audio, las opciones de la conducción o la climatización, y todos los controles cuentan con la misma respuesta táctil para normalizar esa gestión de todos los apartados.
LA VOZ COMO ALTERNATIVA
Diversos estudios -este es un ejemplo- han avisado del riesgo que introducen los sistemas de pantallas táctiles, pero otros desarrollos van en dirección distinta. De hecho, introducen más tecnología, pero una que efectivamente puede ser una buena alternativa para los coches: el control por voz.
Lo contaban en The New York Times citando el ejemplo del Chevrolet Equinox con el sistema MyLink que permite usar comandos de voz para hacer o recibir llamadas y que de hecho era comparativamente un sistema que provocaba menos distracciones que el Mazda 6 con el que lo equiparaban. Hay otras alternativas en desarrollo, y Hyundai tiene por ejemplo volantes con sus propias pantallas táctiles y respuesta háptica.
Sistemas como Android Auto o Apple CarPlay también tratan de dar más protagonismo a la voz -Mazda los integró recientemente-, pero es evidente que parte del atractivo de estos sistemas está en la posibilidad de controlarlos de forma familiar a través de pantallas táctiles.
El riesgo es por tanto claro, sobre todo en diseños que incluso dominan totalmente la interacción como ocurre en los Tesla Model 3. En Mazda parece que han llegado a la misma conclusión. Veremos si otros fabricantes siguen la estela.
Fuente: Xataka