Decenas de estudiantes de la enseñanza media marcharon este jueves por las principales calles de la capital chilena en repudio a la llamada ley de “aula segura”, que facilita la expulsión de alumnos por casos de violencia que se consideren graves.
“Acá estamos en la lucha secundaria porque venimos decirle que no a aula segura, porque al Gobierno ahora mismo no le interesa la educación”, señaló a los periodistas el dirigente territorial de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), Miguel Arancibia.
La ley “aula segura” fortalece las facultades del director en materia de expulsión y cancelación de matrícula en casos graves de violencia, lo que ha sido rechazado por los estudiantes de secundaria, muchas veces apoyados por sus apoderados lo que ha derivado en duros enfrentamientos con Carabineros (Policía militarizada).
Arancibia sostuvo que el Ejecutivo “ahora se toma una campaña mediática para mejorar la educación pública solo hablando del (emblemático) Instituto Nacional”.
“Y legisla, por ejemplo, aula segura solamente para estos liceos, entonces vemos que el Gobierno no tiene interés por la educación pública y que quieren asesinarla”, ,enfatizó el dirigente estudiantil.
En la manifestación, que arrancó en la tradicional plaza Baquedano, a unas ocho manzanas del Palacio de Gobierno, se podían leer algunas pancartas que decían “Por una mejor educación. Estudiantes a la lucha” y “En Chile, represión estudiantil. La TV calla”.
Los estudiantes han atacado en varias oportunidades a los periodistas y cámaras de televisión porque afirman que estos medios no muestran la realidad que viven los estudiantes.
La movilización de los jóvenes se registró en los momentos en que el Colegio de Profesores dialoga con la ministra de Educación, Marcela Cubillos, para encontrar una salida al paro docente que ya completa 23 días sin clases.
En varias oportunidades, profesores y alumnos han realizado en forma conjunta multitudinarias manifestaciones en las calles de Santiago reclamando por sus derechos, una demanda que hasta ahora no ha tenido el esperado eco en las autoridades.