Familiares de la venezolana Virginia Carolina Rojas Collado, de 35 años, exigen a las autoridades policiales aclarar la muerte de la chef hallada sin vida en su apartamento de la avenida Núñez de Cáceres, en Santo Domingo, el pasado 30 de enero de este año.
¨Dos horas antes de su desaparición el domingo 27 al mediodía, estuvo en comunicación con una gran amiga de ella, que es como otra hija nuestra, y estaba perfectamente positiva, optimista siempre con proyectos e ilusiones igual que todos los días¨, relató el padre de la occisa, Eduardo Rojas, en una entrevista en el programa Nuria Investigación Periodística.
Antes de su hallazgo, fue reportada como desaparecida. El 27 de enero fue el último día que se supo de Virginia, cuando se trasladó con un motoconchista para Ágora Mall.
¨Estaban buscando activamente en día domingo, el día lunes, el día martes, y el día miércoles estuvieron activamente tratando de localizarla por vía telefónica, sin respuestas y el día miércoles 30 en la tarde es cuando nos informan que fue hallada en el apartamento de Núñez de Cáceres, sin vida¨, dijo.
El mal olor que emanaba del apartamento despertó la sospecha de los vecinos de Virginia quienes alertaron de inmediato a la Policía Nacional.
Debido a que la vivienda se encontraba cerrada, los funcionarios policiales junto a los Bomberos ingresaron a la fuerza encontrando el cadáver en el baño totalmente desnuda recostada su cabeza en una almohada y el resto del cuerpo encima de una sábana con dos cuchillos debajo del mismo.
El informe de patología del Inacif A-0109-2019 reseña que Virginia presentó ocho heridas cortopenetrantes con arma blanca; cuatro en el abdomen, tres en el cuello y una en el antebrazo derecho. Mientras que en el antebrazo izquierdo hallaron múltiples heridas de vacilación, es decir, lesiones superficiales y paralelas entre sí.
¨Ella fue arrastrada hasta el baño por los asesinos, hay una escoriación anterior del tórax que habla que ella fue arrastrada por ese trayecto y hay una gran cantidad de sangre difusa en el piso entre ambas zonas del apartamento¨, precisó Rojas.
Para su padre, quien es médico cirujano en Venezuela, las que le causaron la muerte a su hija evidencia claramente que fue un homicidio y no un suicido como alegaron los patólogos del Inacif y la Policía Nacional.
¨Nosotros esperamos, inclusive yo recuerdo, que nosotros tuvimos que esperar prácticamente como dos o tres semanas para que el Inacif nos diera ese informe; es decir nosotros no nos apresuramos a dar la conclusión del caso hasta que Inacif no nos entregara la certificación definitiva del caso¨, enfatizó el Coronel Frank Félix Duran, vocero de la Policía Nacional.
El cuerpo de Virginia no presentó signos de agresión sexual y las pruebas toxicológicas y serológicas, para evidenciar rastros de drogas o semen, dieron negativo.
¨A cuatro meses todavía el Inacif no tiene los resultados de ese examen, pudiera a ver tejidos ajenos debajo de sus apéndices córneos, pero el Inacif todavía no lo ha investigado, la ausencia de ese tejido no implica que ella se haya defendido de otra manera¨, dijo el padre de la chef.
Otras de las irregularidades presentadas por familiares durante el reportaje, fue la desaparición de 50.000 pesos que tenía Rojas Collado en su cuenta personal en Banreservas, dinero que había sido transferido 20 días antes de su muerte desde Bank Of América, a través de dos depósitos. Uno el 7 de enero por 5 mil pesos, y dos días después por 45.000 pesos.
¨Desapareció de la cuenta porque en el momento que fuimos a cerrar su madre y yo quedan solo 500 pesos, lo que dicen aquí en Santo Domingo, un chele¨, comentó en el programa, el padre de la víctima.
El padre de la víctima informó que sospechan de unas personas, pero no pueden dar detalles para no entorpecer la investigación del caso.
¨La fiscalía no puede cerrar el caso hasta que me den respuestas de toda esta cantidad de interrogantes que estamos haciendo¨, adelantó.
Virginia, nació en Caracas. Hablaba perfectamente inglés, montaba caballo, aficionada a la música y muy querida por sus familiares y amigos.
Rojas Collado se convirtió en la segunda venezolana muerta en el país, en lo que va de año.
El cuerpo de su compatriota Keila Andrea Pernia Álvarez, de 28 años, fue localizado en el mes de enero de este año en el río Higuamo, de San Pedro de Macorís con signos de estrangulamientos con una extensión eléctrica, por un hombre extranjero quien según informaciones de la Policía Nacional, ya se encuentra tras las rejas.
Las muertes de estas dos mujeres suramericanas ocupan un número entre los 18 feminicidios ocurridos durante los tres primeros meses de este año, según las estadísticas de la Procuraduría General de la República.