Simplehuman es una empresa que se dedica a la fabricación de accesorios ‘smart’ para el hogar, especialmente enfocados a la cocina y el baño. El dispositivo que nos ocupa en este análisis es el Simplehuman Wide View Pro, un espejo de tocador pensado para que nos podamos maquillar con la mejor luz posible.
El espejo cuenta con un diseño de tres hojas, luz integrada cuya temperatura de color se puede ajustar desde la app, sensor de proximidad, temporizador y batería integrada para poder usarlo sin cables. He estado probando el espejo de Simplehuman durante varias semanas, así ha sido mi experiencia.
El diseño
Como decía, el espejo de Simplehuman tiene un diseño de tres hojas, con una hoja central más ancha con las tiras de luz en los extremos y dos “alas” a los lados un poco más estrechas. El diseño es articulado por lo que podemos elegir si queremos mantenerlo totalmente plano o cerrarlo de forma que queda más recogido. Las bisagras se mueven fácilmente y se sienten muy robustas, aunque no tienen demasiado recorrido sino que las alas quedan a 45 grados.
Toda la trasera del espejo y la peana están realizadas en metal con un acabado mate muy elegante. El espejo es bastante pesado, pero no es un problema ya que está pensado para estar colocado sobre una mesa o tocador, por lo que no hay que estar moviéndolo constantemente (y en el caso de necesitarlo, se puede sin mayor dificultad). También quiero destacar que es posible ajustar la inclinación del espejo, como si fuera una pantalla, para colocarlo en la posición que queramos y que nos enfoque a la cara lo mejor posible.
Por último dentro de este apartado, comentar que el espejo viene con un pequeño espejo de diez aumentos que se puede almacenar a parte o se ‘pega’ con un imán al espejo.
La app
Seguramente te estés preguntando en qué consiste la parte “smart” de un espejo. Como ya he adelantado en la introducción, Simplehuman incluye una aplicación con la que podemos controlar las luces y otros parámetros del espejo. Para poder usarla primero hay que sincronizar el espejo mediante Bluetooth y hacer que se conecte a la misma red WiFi.
Aunque sencillo, el proceso de configuración me dio bastante guerra al principio. Para hacer que el espejo entre en modo de vinculación debe parpadear una luz verde junto al sensor, pero en mi caso no conseguía que entrara en este modo. La solución pasó por hacer el proceso con otro móvil y en otra red WiFi ya que al parecer el problema estaba en la red.
La interfaz de inicio de la aplicación es muy sencilla y se divide en tres apartados. En el primero, el que tiene el icono de un sol, podemos ajustar la temperatura de color de la luz, el segundo sirve para ajustar el temporizador o la alarma y el tercero para configurar el tiempo de espera del sensor. Veamos qué ofrece cada uno más en detalle:
La función más destacada del espejo es poder ajustar la temperatura de color de la luz. Cuando entramos tenemos varios modos ya predefinidos como luz solar, nublado o luz de velas. Si pulsamos sobre uno de ellos se abre un nuevo menú donde podemos ver (no configurar) la cantidad exacta de lúmenes y los grados Kelvin.
Dentro de este apartado también podemos crear un ajuste personalizado a partir de una imagen, la pega es que no es posible subir una del carrete sino que hay que tomarla en el momento. La idea tras estas opciones es que podamos ver como quedará nuestro maquillaje en una iluminación concreta.
La aplicación es bastante simple y la navegación es cómoda, aunque tampoco destaca precisamente por tener una interfaz muy llamativa. Cuando ajustamos el color de la luz, el espejo responde de forma bastante rápida, otro tema es la utilidad que pueda tener, algo que tratamos en el próximo apartado.
La experiencia
Maquillarse con mala luz o con un espejo pequeño es muy engorroso y a este nivel, la solución de Simplehuman cumple con su cometido con creces. Mi espejo habitual (el que está sobre el lavabo del baño) también tiene buena luz, o eso pensaba hasta que probé esta alternativa. El espejo es amplio, se puede ajustar la inclinación y las luces son muy potentes sin ser molestas, todo lo necesario para que la experiencia sea buena.
El sensor de autoapagado resulta muy útil ya que así podemos olvidarnos de tener que apagar y encender el espejo cada vez. Eso sí, muchas veces me ha pasado que, pese a que estaba cerca del espejo, si no me movía durante unos segundos, el sensor dejaba de detectarme y tenía que pasar la mano por delante del sensor para que se activara.
Fuente: Xataka