Por qué el 5 de julio es el día más agobiante del año para los refugios de animales en Estados Unidos - N Digital
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Por qué el 5 de julio es el día más agobiante del año para los refugios de animales en Estados Unidos

Los perros se espantan con el ruido de fuertes y corren a buscar refugio. (iStock)
Los perros se espantan con el ruido de fuertes y corren a buscar refugio. (iStock)

El 4 de julio es el día que se celebra la independencia estadounidense. La gente festeja la fecha patria -es uno de los pocos días feriados en los que casi nadie trabaja en EEUU- yendo a la playa, comiendo hot dogs y barbacoas, y tirando fuegos artificiales al anochecer. Esto último causa mucho estrés para los refugios de animales.

Para los dueños de mascotas, no es ningún secreto que los fuegos artificiales espantan fácilmente a los animales. Ese sonido a menudo puede causar que las mascotas, particularmente los perros, se escapen por miedo y salgan corriendo a buscar refugio de los estruendos.

Esto causa que muchos animales queden sueltos y asustados, sin poder encontrar como volver a sus casas.

Los oficiales de control de animales en todo el país reportan un aumento del 30 al 60 % en mascotas perdidas cada año entre el 4 y el 6 de julio, según PetAmberAlert, un lugar que busca mascotas perdidas y usa transmisiones telefónicas y faxes para ayudar a estas a encontrar su camino de regreso a su hogar.

Los centros de control de animales generalmente tienen más actividad durante los meses de verano. Aprovechando el buen clima que trae la primavera o escapando los calores del verano, la gente suele abrir más sus puertas y pasar más tiempo al aire libre. Muchos además se van de viaje y dejan a sus mascotas a cuidado de algún vecino o conocido. Todos esto genera que más mascotas se escapen de sus casas.

Muchos perros terminan en refugios animales después de los festejos del 4 de julio. (Colin Boyle)

Muchos perros terminan en refugios animales después de los festejos del 4 de julio. (Colin Boyle)

Para cuando llega el 4 de julio, los refugios y centros de control animal de todo el país se encuentran casi repletos. Durante la noche del 4, estos centros se terminan de llenar, a veces sobrepasando su capacidad y teniendo que enviar a los animales a otros centros.

Para los perros, los festejos con fuegos artificiales generan caos. A los canes, el ruido que estos causan, les provoca ansiedad, miedo descontrolado, taquicardia y, en algunos casos, muerte. Muchos se escapan corriendo alterados por los estruendos y son víctimas de accidentes de transito. Otros se escapan aterrados y corren sin parar, desorientándose y perdiéndose por las calles, playas o bosques.

En Chicago, el centro de cuidado y control animal explica que el 5 de julio es el peor día del año para ellos. En una entrevista con el periódico The Chicago Tribune, la directora del centro, Kelley Gandurski, cuenta que ella le pide a todos sus empleados y voluntarios que se presenten a trabajar ese día.

“El 5 de julio generalmente es muy malo para nosotros debido a todos los perros callejeros de [las celebraciones] 4 de julio”, se lamenta Gandurski. “Si se quedan sin vigilancia en el patio o caminan sin correa o no están asegurados, muchas veces simplemente van a escaparse cuando escuchen los fuegos artificiales.”

El centro reporta que durante el 4 y el 6 de julio del año pasado, la agencia trajo 43 perros callejeros y 39 gatos callejeros, un incremento de casi el 50% de un fin de semana de verano promedio. Gandurski dice que espera números similares esta semana.

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Los expertos no saben exactamente por qué estos ruidos asustan tanto a los perros. Se presume que el extraordinario sentido de auditivo de los perros lo hace más sensibles a los ruidos fuertes. Pero no se sabe qué es de estos ruidos que causa les tanto trauma.

El doctor veterinario Gregory Berns, neurobiólogo de la Universidad de Emory y autor del libro How Dogs Love Us (“Como nos aman los perros”), dice que la reacción de los perros a los petardos y fuegos artificiales es muy parecida a la de los veteranos de guerra que sufren de estrés postraumático (TEPT).

“En los seres humanos, al menos uno tiene la posibilidad de algún tipo de terapia cognitiva-conductual en la que la persona trata mentalmente de anular las respuestas automáticas de ansiedad”, le explicó Berns al sitio de noticias Gizmodo. “Pero esto requiere mucho trabajo. Los perros no tienen ese nivel de control cognitivo, y sin la capacidad de racionalizar o pensar en su ansiedad, pueden experimentar una forma más cruda e intensa de terror.”

¿Qué pueden hacer los dueños de perros entonces?

No hay ninguna solución fácil y los expertos dicen que lo mejor es tratar de evitar las zonas donde vayan a ver fuegos artificiales o petardos. Pero esto no siempre es una opción.

Algunos propietarios han tenido éxito con productos que mantienen sujetados al animal, como Thundershirt, o utilizando el método Tellington Touch. El efecto de la presión moderada y profunda sobre los tejidos blandos se ha estudiado tanto en humanos como en animales no humanos con resultados positivos que muestran una reducción de la ansiedad.

La idea es que tengan una tela de agarre apretado sobre el cuerpo, que les de algún tipo de confort y les ayude a reducir su ansiedad al mantener una presión constante sobre su cuerpo.

Pero por el momento, los centros de control animal recomiendan que los estadounidenses mantengan a sus perros adentro de sus casas, con el televisor o una radio encendida para tapar un poco el estruendo de los fuegos artificiales. Piden además que el espacio este un 100% preparado, libre de objetos que puedan causar posibles accidentes o rutas de escape.

Muchos de estos centro dicen que tienen “promociones” los días después del 4 de julio en las cuales eximen de las tasas de adopción de cualquier animal o permiten que la gente se los lleve a sus casas temporalmente mientras que el centro les encuentra un hogar permanente.

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