Un análisis genético realizado por científicos del Centro Australiano del ADN Antiguo revela que los antepasados de los humanos modernos se mezclaron genéticamente con al menos otros cinco grupos humanos arcaicos a su salida de África.
Cuando los humanos modernos abandonaron el continente africano y comenzaron su larga caminata alrededor del mundo aproximadamente entre 55.000 y 50.000 años atrás, tuvieron lugar cruces con estos grupos de homínidos, que incluyen a los neandertales, los denisovanos y otros tres que aún no tienen un nombre asignado.
Las pruebas de estas interacciones se encuentran en nuestro ADN actual. En la reciente investigación, que ha sido publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Science, se han podido localizar los lugares donde ocurrieron los “casos de mestizaje” a partir de información conocida y tras ser comparada con los niveles de ascendencia arcaica en los genomas de las poblaciones actuales en todo el mundo.
“Cada uno de nosotros lleva en su interior los rastros genéticos de estos eventos de mezcla pasados”, dice el doctor João Teixeira, autor principal del estudio. El experto señala que los grupos fueron genéticamente diversos y “sobrevivieron en cada uno de nosotros”.
“Todas las poblaciones actuales muestran alrededor de un 2 % de ascendencia neandertal, lo que significa que la mezcla neandertal con los antepasados de los humanos modernos se produjo poco después de la salida de África”, subraya Teixeira.
Los científicos resaltan que, a medida que nuestros ancestros viajaban más al este, se reunieron y mezclaron con otros grupos. Hacia el norte de Asia continental se reunieron con los denisovanos, mientras que cuando llegaron al Sudeste asiático la región ya contaba con una importante presencia de otras especies diferentes de humanos, con quienes se lograron cruzar antes de su extinción.
“La llegada de los humanos modernos fue seguida rápidamente por la desaparición de los grupos humanos arcaicos en cada área”, remarca Teixeira.