Argentina conmemoró este jueves los 25 años del peor atentado de su historia, el cometido contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos y es atribuido por la Justicia al entonces Gobierno iraní y al partido libanés Hizbulá, que acaba de ser declarado grupo terrorista por el presidente Mauricio Macri.
Como es habitual cada año, pero con más dolor al cumplirse un cuarto de siglo sin justicia, decenas de familiares de víctimas, sobrevivientes y multitud de autoridades del Estado se congregaron en el mismo lugar y a la misma hora donde un coche bomba cambió para siempre la historia de la comunidad judía argentina -la mayor de toda Suramérica- y del país en su conjunto.
“Nos preguntamos cómo es posible que 25 años más tarde no haya un solo responsable preso cumpliendo condena por este delito de lesa humanidad. Nuestra sociedad anhela imperiosamente que se haga justicia”, leyó el presidente de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Ariel Eichbaum, en el emotivo acto celebrado a las puertas de la actual sede de la institución.
Un 18 de julio más, el país recuerda lo ocurrido ese día de 1994 en el número 633 de la calle Pasteur de Buenos Aires, siempre con la misma bandera: pedir responsabilidades por ese ataque, que llegó solo dos años después de que otra bomba explotara junto a la Embajada de Israel, también aún impune.
Con el lema “85 vidas arrancadas. 25 años de impunidad”, el acto comenzó a las 09.53 hora local (12.53 GMT) -hora exacta del atentado- con un toque de sirenas -replicado este año por bomberos y ambulancias, campanas de iglesias y timbres de espacios públicos en todo el país- que fue seguido por un minuto de silencio.
También se leyeron, uno a uno, los nombres de cada una de la víctimas mortales y se encendió una vela y se colocó una rosa en la memoria de cada uno.
“Resistimos y seguimos luchando para que la impunidad no nos gane, para que no sea infinita, lo hicimos y lo hacemos sin habernos acercado nunca al poder de turno para que nos acaricie la espalda”, narró Sofía Guterman, madre de Andrea, quien a sus 28 años estaba en la sede de la mutua, buscando trabajo, cuando explotó la bomba.
Para la mujer, que recordó cómo los gritos y sonidos de las ambulancias de ese día “nunca se apagaron del todo” y siguen ululando desde hace una generación, en Irán hay hombres que ordenaron matar a sus familiares.
“Hasta el ultimo día de nuestras vidas seguiremos diciendo, no como pregunta, sino como acusación ‘¿por qué están libres y protegidos?’ Porque los países terroristas protegen a terroristas, así de simple”, aseveró en su discurso.
En la distancia estuvo su compatriota el papa Francisco, de quien se leyó una carta que mandó hace unos días y en la que afirma estar con las víctimas y rezar con ellas. “Que el Dios de nuestros padres los bendiga y los cuide”, remarca la misiva.
De forma especial, se hizo referencia a la labor del personal médico del Hospital de Clínicas, donde fueron llevados la mayoría de los 300 heridos que dejó el ataque.
“El atentado a la AMIA partió en dos nuestras vidas”, contó entre lágrimas Florentino Sanguinetti, director en 1994 de ese centro hospitalario.
La comunidad judía y la Justicia argentina atribuyen la autoría del ataque a Irán -con el expresidente Akbar Hashemí Rafsanyaní, fallecido en enero de 2017, y el exministro de Exteriores Alí Akbar Velayatí, entre los sospechosos- y a la organización islámica libanesa Hizbulá, aunque la falta de colaboración del país persa ha impedido la detención de los imputados.
Esta mañana, el Gobierno confirmó que incluirá a Hizbulá en el registro de entidades vinculadas a actos de terrorismo, creado ayer por un decreto presidencial.
En el acto en la calle Pasteur, que contó con una emotiva actuación de los músicos Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto, no faltó una mención especial al fallecido fiscal Alberto Nisman, quien durante años encabezó el caso de la AMIA y es considerado por parte de la colectividad hebrea como la víctima 86.
El 18 de enero de 2015, Nisman apareció muerto con un tiro en la cabeza -en circunstancias que aún se investigan- solo cuatro días después acusar a la entonces presidenta, Cristina Fernández (2007-2015), de haber intentado encubrir a los imputados a través de un acuerdo con Irán firmado en 2013.
La actual senadora, que está procesada por ese presunto encubrimiento -aunque no puede ser detenida por tener fueros- insiste en que ese acuerdo solo buscaba instaurar una investigación bilateral del ataque.
En memoria de Nisman se colocó hoy también una rosa y una vela en presencia de su madre, Sara Garfunkel, y Iara, una de sus hijas.
“Alberto Nisman fue asesinado por ser fiscal de la causa AMIA”, sentenció Eichbaum.
La caso AMIA ha estado desde el origen lleno de irregularidades: en 2001 comenzó un juicio que concluyó en 2004 con la declaración de nulidad de toda la investigación y la absolución de los policías argentinos imputados, a quienes se había acusado de integrar la conocida como “conexión local”.
El pasado febrero, el expresidente Carlos Menem (1989-1999) fue absuelto de un supuesto encubrimiento de la investigación en el marco de ese proceso, aunque ocho personas fueron condenadas -con expolicías, exfiscales y exespías en la lista-, a entre dos y seis años de prisión.
La presunta responsabilidad de Menem apuntaba al supuesto abandono deliberado de la investigación sobre el ciudadano de origen sirio Alberto Kanoore Edul, quien aparentemente tenía vínculos con la familia Menem.
En la actualidad se realiza un juicio contra el abogado y comerciante de automóviles argentino Carlos Telleldín, investigado por el acondicionamiento y entrega de la camioneta Trafic presuntamente utilizada para la voladura del edificio de la mutua.
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