Estados Unidos revocó las visas de Rafael Enrique Bastardo Mendoza, Comandante de las Fuerzas Especiales de Policía de Venezuela (FAES), y de Iván Rafael Hernández Dala, Comandante de la Contrainteligencia Militar (DGCIM), por su participación en graves violaciones de los derechos humanos.
“Las organizaciones de seguridad e inteligencia lideradas por Bastardo y Hernández han sido implicadas por sus violaciones y abusos a los derechos humanos y la represión de la sociedad civil y la oposición democrática”, explicó el Departamento de Estado en un comunicado.
El gobierno de Trump señala que “estos actos” fueron ampliamente documentados en el informe del 5 de julio de 2019 de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
El reporte de la ex presidente chilena, revela al menos 7.523 ejecuciones extrajudiciales documentadas por una organización no gubernamental venezolana.
Rafael Enrique Bastardo Mendoza es la cabeza de la FAES. Encapuchados y con armas de guerra, los miembros de la Fuerza de Acción Especial – una unidad de élite de la PNB- se han transformado en el escuadrón de la muerte en Venezuela.
Asaltan las barriadas más pobres del país. Operan con total impunidad, establecen toques de queda, simulan enfrentamientos para ocultar asesinatos y después amenazan a familiares y vecinos para que no denuncien.
Es el escuadrón policial más temido en Venezuela y, desde que escaló la tensión en las calles con la juramentación de Juan Guaidó como Presidente Encargado, esos agentes están señalados como autores de la mayoría de los asesinatos.
La FAES fue creada el 14 de julio de 2017 por Nicolás Maduro, quien explicó su fundación “para combatir el crimen y el terrorismo”. Si en 2016, la Policía Nacional Bolivariana era responsable del 22% de las muertes en el país, al año siguiente, después de solo seis meses de existencia, la FAES aumentó ese lamentable récord en un 10%, hasta llegar al 32%. Su modus operandi es militar. Toman militarmente una zona concreta, como si fuesen un ejército de ocupación y generalmente “cazan” a sus objetivos.
Iván Rafael Hernández Dala es el Comandante de la Contrainteligencia Militar (DGCIM).Bajo su mando se tortura a presos políticos. De hecho, en los calabozos de la DGCIM fue asesinado el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo el 3 de julio pasado.
Aunque el ejército venezolano ha tenido una unidad de inteligencia desde 1957, desde 2001 la DGCIM se dedica a la contrainteligencia. Desde entonces, investiga a las propias fuerzas armadas y a sus oficiales.
En la práctica, los ciudadanos acusados de espionaje o traición suelen ser detenidos por la Sebin (el servicio de inteligencia chavista), mientras que la DGCIM busca a los militares sospechados de delitos similares.
En marzo, un teniente de la Fuerza Aérea y desertor de la DGCIM testificó y proporcionó pruebas a una audiencia de la OEA sobre las prácticas de tortura empleadas en el Helicoide por funcionarios de la DGCIM. El testimonio podría dar lugar a cargos penales internacionales para los funcionarios implicados.