La cifra de homicidios en El Salvador se redujo aproximadamente un 17,6 % en los primeros siete meses del 2019, en comparación con el mismo lapso del 2018, en momentos en los que el Gobierno busca arrebatar el control de varios territorios a las pandillas, informó este viernes el Ejecutivo.
Las cifras oficiales indican que entre enero y julio del año en curso fueron asesinadas al menos 1.729 personas, cifra inferior en 369 muertes violentas a las 2.098 registradas en el mismo período del año anterior.
Julio se convirtió en el mes con menos muertes violentas del 2019 con 154 asesinatos, un 47 % menos que los 291 homicidios computados en el mismo mes del año 2018.
De acuerdo con las autoridades de seguridad del país centroamericano, esta es la cifra más baja de homicidios computada desde abril de 2013, cuando los homicidios sumaron 143.
Dos portavoces del actual Gobierno, que asumió el poder el pasado 1 de junio, aseguraron a Efe que las cifras de los dos últimos meses incluyen los datos de pandilleros fallecidos en tiroteos con las fuerzas de seguridad y de los cuerpos recuperados de cementerios clandestinos.
Esta aclaración surge a raíz de una polémica generada por la presentación de cifras a mediados de junio sin los referidos datos.
El Ejecutivo de Nayib Bukele atribuye esta baja en los asesinatos a un plan de control territorial lanzado el pasado 20 de junio y con el que se han concentrado a más 7.000 elementos de la Policía y Ejército en 22 localidades.
“La reducción en los homicidios ha sido posible por el control del Gobierno en los territorios, hemos tenido un control absoluto”, aseguró este viernes el ministro de Seguridad, Rogelio Rivas, en declaraciones a periodistas.
Rivas señaló que esperan “un comportamiento similar” en la cifra de asesinatos para los “próximos meses” y que el país llegue a ser uno de los “más seguros para permitir que venga inversión local y extranjera que dé más empleo”.
Diferentes organizaciones sociales han criticado el plan de seguridad de Bukele porque, a su juicio, reproduce acciones implementadas en otros gobiernos y con las que no se consiguieron resultados a largo plazo.
El aumento de efectivos militares en las calles es uno de los elementos del plan más cuestionados, dado que Bukele ha prometido incrementar la cifra soldados en labores de seguridad.
Las autoridades de El Salvador responsabilizan a las pandillas MS13, Barrio 18 y otras minoritarias de los altos índices de homicidios, de entre 103 y 50,3 por cada 100.000 habitantes entre 2015 y 2018, cifras que ponen a la nación como una de las más violentas del mundo. EFE
