Miembros de la Unidad Médica Nicaragüense realizaron este sábado una protesta contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a pesar de un fuerte operativo policial para evitarlo, en medio de la peor crisis sociopolítica del país en décadas.
Los médicos protestaron para exigir la reintegración de facultativos despedidos tras atender a heridos durante ataques armados del Gobierno, y por el asedio que sufren los médicos que “han cumplido con su juramente hipocrático”, de atender a todas las personas sin distingos políticos.
El despliegue policial, que a juzgar por la cantidad de agentes y técnicas superó cualquier operativo visto contra el crimen organizado internacional, no logró impedir que un pequeño grupo de médicos y trabajadores de la salud lograra ingresar al punto citado, para realizar la protesta.
Durante la protesta, desde el estacionamiento de un centro de oficinas privado, los médicos gritaron los nombres de más de 20 personas que, según afirmaron, murieron porque la exministra de Salud y ahora asesora personal de Ortega, Sonia Castro, ordenó que no se les atendiera en los hospitales.
“¡Eran nicaragüenses, no eran enemigos!”, exclamaron los manifestantes, quienes también lanzaron consignas como “¡Basta ya de represión!”, “¡Dictadura no, democracia sí!”, o “¡No más torturas!”.
Los médicos también tuvieron palabras contra Ortega: “¡Es un delincuente, no es presidente!”. También lo llamaron “¡Asesino, violador, narcotraficante!”.
Con sus consignas los médicos retaron la presencia de policías, que incluyó decenas de patrullas fuertemente armadas, con fusiles de guerra, agentes especializados en la captura de criminales peligrosos y antidisturbios, así como patrullas en vehículos todo terreno, perros, calabozos móviles y autobuses.
“La protesta es cívica, nos han tratado de amedrentar, pero han visto que los médicos no tenemos miedo”, dijo el líder del gremio, José Luis Borge, a periodistas.
Durante la manifestación los policías golpearon e hirieron a un menor de edad que intentaba realizar una gestión en las oficinas cerca del plantón, denunciaron sus familiares.
Borge advirtió que la calidad de la atención médica en Nicaragua ha disminuido desde el estallido social contra Ortega en abril de 2018, porque el Ministerio de Salud no encuentra suficientes médicos de ideología sandinista para sustituir a los que ha destituido.
Según la Unidad Médica Nicaragüense, más de 75 médicos han debido exiliarse por el asedio de policías y paramilitares del Gobierno, de los cuales 56 permanecen en Costa Rica, y 19 en Estados Unidos, mientras otros han huido a Europa o permanecen escondidos en zonas rurales de Nicaragua.
“Es impensable que Daniel Ortega, que es un delincuente, tiene derechos, y nosotros, que somos médicos, no tenemos derechos, ¡en qué país estamos!”, se quejó el cirujano Eddy Valverde.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha responsabilizado al Gobierno de Ortega ha cometido crímenes “de lesa humanidad” en el marco de la crisis.
La crisis ha dejado al menos 326 muertos, de acuerdo con la CIDH, aunque organismos locales establecen el número en 594, y el Gobierno en 200.