“El perro me invita a salir, algo que hace un par de semanas ni se me pasaba por la cabeza”, relata a Efe N., una mujer víctima de la violencia machista en España e integrante de un proyecto que estudia los efectos terapéuticos de estos animales sobre las mujeres maltratadas.
Esa mujer, que prefiere mantener el anonimato, es una de las participantes en el programa de investigación que lleva a cabo el Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología de la Universidad de Cádiz (sur de España), que propugna los beneficios terapéuticos de los perros en ese grupo vulnerable de personas.
Lleva apenas 15 días con el animal y ya siente que, gracias a él, se ha empezado a romper el aislamiento al que le llevó el miedo de haber pasado primero por una relación de pareja en la que sufrió violencia machista y de haber salido de ella después.
La convivencia con un perro, y la responsabilidad de cuidarlo, le han llevado a cambiar rutinas y especialmente le ha dado motivos para a salir a la calle, algo que le hace sentirse “un poco más animada”, según relata.
“Al principio temía manejar un perro tan grande pero poco a poco lo estoy superando y ya voy por sitios por los que creí que no sería capaz de coger nunca más”, confiesa esta mujer, que se encuentra inmersa en pleno proceso judicial contra su expareja.
Aunque aún se encuentra en la fase inicial del proyecto y “es pronto” para sacar conclusiones, en estas dos semanas ya siente que ha dado pasos hacía su recuperación emocional.
N. es una de las tres mujeres víctimas de violencia machista que, hasta el momento, han comenzado a convivir con un perro para participar en el estudio para analizar los beneficios que produce en las víctimas de violencia de género la compañía de estos animales y cómo esta actividad mejora su autoestima y su vida social.
Durante un año se evaluará, a través de tres sesiones psicológicas, la eficacia que produce en las víctimas de violencia machista la compañía de perros de razas relacionadas con el pastoreo y el acompañamiento.
Al contrario de lo que sucede con otras iniciativas, donde los canes actúan como elementos de defensa para las víctimas, en esta investigación las funciones de estos animales son únicamente terapéuticas.
“Usar a estos animales como herramientas de seguridad para las víctimas es un error. Las mujeres que están en esta situación no pueden utilizar los perros como un arma”, explica a Efe Luis Ramón Ruiz, director del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología en la UCA y responsable de este proyecto.
De hecho, los perros de seguridad están adiestrados para comportarse de una determinada manera y “pueden generar un riesgo dentro de la familia de la víctima o con las personas con las que estas mujeres se tienen que relacionar en su día a día, como ya ha pasado en algunos sitios”, añade.
Por eso en este proyecto se busca que no se perciba al perro como un elemento de defensa. No son perros de presa sino de pastoreo, por lo que el adiestramiento del animal y su relación con la mujer es “completamente diferente”, señala el director del proyecto.
La Asociación de Adiestradores Profesionales Caninos de Andalucía es la que aporta los perros de forma gratuita y se ocupa además del mantenimiento y la adaptación de estos animales con sus nuevas dueñas.
Junto a las tres mujeres que tienen canes asignados, otras seis víctimas de esta violencia machista conforman el “grupo de control”, que establece las diferencias que se producen entre mujeres con perros y sin ellos, y así poder determinar los beneficios de la compañía animal.
Se prevé que el estudio finalice en mayo de 2020. “Si los resultados son convincentes, expone Ramón Ruiz, se propondrá a las administraciones públicas que incluyan la adopción de estos animales como una herramienta más en sus políticas contra la violencia de género.
Una de las demandas surgidas a raíz de este proyecto de investigación es la de que se pueda considerar a estos animales de asistencia a víctimas de violencia machista como perros guía, ya que ahora no pueden acceder a los mismos lugares que los canes que acompañan a personas con discapacidad.