Un enjambre sísmico provocó este lunes la evacuación de decenas de edificios de Managua, capital de Nicaragua, ante la posibilidad de un terremoto catastrófico, aunque finalmente no hubo víctimas ni daños.
El enjambre, compuesto por al menos ocho movimientos telúricos de magnitudes menores aunque someros, hizo sonar las alarmas en los edificios más altos, escuelas, y centros comerciales, que fueron desalojados de inmediato.
Los registros del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) indicaron que los temblores se presentaron al sur de Managua entre las 07.50 y 09.09 horas local (13.50 y 15.09 GMT), con magnitudes de entre 2,8 y 3,1 en la escala abierta de Richter, a profundidades de seis a diez kilómetros.
“Es un enjambre, es posible que se continúen dando estos sismos”, advirtió la vicepresidenta Rosario Murillo, en una alocución, a través de medios del Gobierno.
La también primera dama explicó que el origen de los movimientos sísmicos está en fallas geológicas locales, originadas en el sureste de la capital nicaragüense.
En esa misma zona ocurrió un terremoto de magnitud 5,5 Richter en 1968, que destruyó casas, pero no dejó víctimas, según datos del Ineter.
Las fallas geológicas locales de Managua también produjeron el terremoto de 1972, de magnitud 6,2 Richter, considerado el peor desastre de la historia de Nicaragua relacionado con la naturaleza, que dejó unos diez mil muertos.
Murillo llamó a la población nicaragüense a tener en cuenta que Nicaragua es un país “altamente sísmico y altamente vulnerable”, para participar en un simulacro nacional de desastre programado para el diez de septiembre próximo.
Los simulacros de desastre escenifican diversos escenarios en una situación de emergencia que involucre fenómenos naturales.
Nicaragua es considerada por los expertos como un país “multiamenazas”, ya que es proclive a terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, huracanes, inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios, entre otros.