En América Latina y el Caribe, el número de personas subalimentadas ha vuelto a crecer en los últimos años. Un informe conjunto de Naciones Unidas publicado en julio de este año demuestra que, hoy en día, el hambre afecta a un total de 42,5 millones de ciudadanos latinoamericanos y caribeños. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más conocida como FAO (por su sigla en inglés), el aumento del hambre registrado en América del Sur se debe, en gran parte, al deterioro reciente de la situación alimentaria en Venezuela, como resultado de la crisis económica y política que atraviesa el país sudamericano. Tal es así que el porcentaje de población subalimentada en Venezuela se ha triplicado, de un promedio de 6,4% entre 2012 y 2014 a 21,2% entre 2016 y 2018.
Como se aprecia en este gráfico otra de las naciones de la región que se enfrenta a serias vulnerabilidades en cuanto a seguridad alimentaria es Haití, donde el hambre afecta a casi la mitad de la población (unos 5,4 millones de haitianos). La prevalencia de subalimentación es definida por la FAO como la proporción de la población cuyo consumo habitual de alimentos es insuficiente para mantener una vida activa y saludable.