¿Cómo identificar que te engañan con pseudoterapias, causantes de 1.200 muertes al año en España? - N Digital
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¿Cómo identificar que te engañan con pseudoterapias, causantes de 1.200 muertes al año en España?

LOLITA BELENGUER

  • Los expertos advierten de que existen muchas más, “sectarias y cruentas”, que las recogidas por el Gobierno.
  • Pedro Duque: “Es lógico que la sanidad pública no oferte lo que no tenga demostrado que cura”.
  • A FONDO | ¿Qué son las pseudoterapias y por qué son peligrosas?

Entre 1.200 y 1.400 personas mueren al año en España por confiar en las pseudoterapias, según el primer informe realizado (en 2018) por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (Apetp).

Los expertos alertan de la confusión que existe entre los españoles sobre estas terapias que carecen de evidencia científica.

Pero, ¿cómo se pueden identificar? El vicepresidente de la Apetp, Emilio José Molina, que acaba de publicar su primer libro Las Pseudoterapias (Popular), explica que “no existe una forma directa de identificar una pseudoterapia. Hay algunas que son muy contundentes y capaces de engañar a facultativos”, en referencia a oncólogos que creen en ellas.

De forma más intuitiva, cuando algo nos parezca “demasiado bonito para ser verdad, probablemente sea una pseudoterapia”, añade. Y pone un ejemplo: el cáncer. “Hay pseudoterapias que afirman que el cáncer es una forma natural de sanación del propio cuerpo. Se venden como terapias seguras e inocuas y, si no funcionan, es porque hay algo que el paciente no habrá hecho bien”.

Otra forma de detectar una terapia fraudulenta es “comprobar si está cubierta por el Sistema Nacional de Salud”, aunque actualmente existen muchos médicos que siguen recetando homeopatía, acupuntura u osteopatía.

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El Ministerio de Sanidad identificó en febrero 73 pseudoterapias que carecen de evidencia científica y está investigando otras 66, entre las que se encuentran la homeopatía y la acupuntura.

Aún así, hay “muchas más” que no están recogidas en el listado del Gobierno, como el psiconálisis y la biodescodificación o la nueva medicina germánica, “muy peligrosa” según Molina porque tiene características “sectarias y cruentas” en temas de cáncer, pues rechaza los paliativos y considera que el cáncer es un “proceso natural de sanación del cuerpo”.

El CIS, en su barómetro de febrero de 2018, preguntó —por primera vez— por estos tratamientos y desveló que el 10% de la población española había acudido a un profesional que le administró homeopatía o le recomendó la osteopatía.

De forma puntual, el 61% de los encuestados que afirmaron haber acudido en el último año a una de estas pseudoterapias recurrió a la hipnoterapia.

Preguntados por su nivel de satisfacción, en general es bastante alta. Independientemente de si las usaron o no, el 21% de los encuestados respondieron que creen que la gente utiliza estos tratamientos porque “confía en ellas sin un motivo concreto”.

En particular, de los que reconocieron haber recurrido a ella, el 30% aseguró que lo hicieron en primer lugar “para que le ayude a tener una vida sana y equilibrada” y el 27% “para curarse de enfermedades y dolencias para las que la medicina convencional no le funciona”.

El 5% las ha usado de forma exclusiva

Además, según la novena Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología, elaborada por la Fecyt en 2018 con una muestra de 5.200 entrevistas, el 5,2% del total de la población española ha utilizado alguna vez tratamientos alternativos en lugar de las terapias médicas convencionales, y el 14% de forma complementaria.

Todas estas cifras han comenzado a arrojarse estos últimos dos años. De hecho, hasta hace un año y pico el Gobierno español “no había hecho absolutamente nada, ni siquiera hacía cumplir las leyes que protegen a los ciudadanos de prácticas inseguras o engañosas”: el Real Decreto de 1996 sobre publicidad de productos y servicios con finalidades sanitarias (que por ejemplo, prohíbe la asociación de lo natural como mejor), el de 2003 sobre centros sanitarios y la Ley de profesiones sanitarias.

El único paso hasta la fecha lo dieron en 2018 la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, y el titular de Ciencia, Pedro Duque, que presentaron el Plan para la Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias, cuyos últimos avances consistieron, en febrero de este año, en esbozar un Real Decreto que impida que los centros que ofertan estas técnicas o productos lleven la calificación de sanitarios, así como que estos se ofrezcan en hospitales. Medidas que Molina entiende como “buenísimos primeros pasos de identificación y concienciación”, pero considera que lo “prioritario” es hacer cumplir la ley.

“Estamos como estaba la violencia de género hace 30 años. Si denunciabas ante la policía, te hacían caso omiso; si llegabas ante el juez, este te decía que nadie le obliga a estar con su marido —al que no se condenaba—; y a nivel social, te tachaban de mala esposa. Hoy, con las pseudoterapias, ocurre lo mismo: la policía te culpabiliza de confiar en un estafador; el juez te dice que has tomado la decisión de forma libre y siendo mayor de edad, por lo que el estafador queda impune, y no asume que estabas en una situación de vulnerabilidad; y la sociedad te tacha de tonto”, expone Molina.

Con todo, reconoce que España está “a la cabeza de lanza” en la lucha contra las pseudoterapias y es “uno de los países más beligerantes contra la desinformación en salud”, por delante de Alemania o Suiza, “cunas” de estas propuestas.

Perfil y riesgos

Molina apunta que el perfil de las personas que acuden a las pseudoterapias suele corresponder con personas con estudios y un nivel socio cultural medio alto que sienten una “falsa seguridad” de que a ellos no les pueden engañar, cuando en realidad los que están detrás de esto son “profesionales del engaño”.

“Lo mejor que te pueden hacer es que no tengas nada y te vendan algo que no necesitas, por ejemplo para potenciar el sistema inmunológico, es decir, que te engañen. Lo peor, que te lleguen a matar”, sentencia Molina. Y recuerda el caso del joven de 21 años al que le diagnosticaron leucemia y decidió fiarse de un supuesto médico que le recetó vitaminas. “Incluso en personas con buen pronóstico” llega a calar este discurso que, según Molina, se basa en el “adoctrinamiento para recelar del sistema médico, que tiene sus problemas, pero se magnifican”.

El autor del libro Las pseudoterapias. Guía básica para pacientes y profesionales sanitarios considera que los argumentos de los pseudosanitarios son “falacias argumentadas para invertir la realidad”.

¿Cómo rebatir sus argumentos?

Preguntado por la gran penetración de las pseudoterapias entre la población española, Molina explica que se aceptan “porque el discurso es emocionante, porque somos escépticos de lo que nos suena mal pero las buenas historias nos fascinan.

Nadie estamos a salvo y son especialmente peligrosas cuando hablamos de salud”.

Ante el argumento de “son técnicas milenarias”, Molina responde: “hace miles de años las personas actuaban guiadas por supersticiones”; ante la frase “lo hace mucha gente”, rebate: “la pederastia también está muy extendida y no por ello se acepta”.

Como consejos básicos para saber si se está ante una terapia de fiar, el vicepresidente de la Apetp recomienda contrastar con profesionales independientes de la sanidad pública y privada, con investigaciones y conciencia crítica.

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