Cómo usar zapatos de tacón sin dañarnos la espalda ni los pies - N Digital
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Cómo usar zapatos de tacón sin dañarnos la espalda ni los pies

  • El efecto desconocido de los callos: pueden ser buenos para tus pies.
  • Así debe ser tu calzado para que sea saludable.

Tanto los podólogos como los traumatólogos llevan años advirtiendo sobre lo que el uso y el abuso de los zapatos de tacón puede ocasionar en la salud de nuestros pies y nuestra espalda. Aun así, ya sea por estética o por trabajo, millones de mujeres los usan cada día. Con moderación y siguiendo algunas recomendaciones, podremos seguir usándolos sin riesgos.

Los zapatos de tacón, sobre todo si son altos —de más de 4 centímetros— pueden hacer estragos en la espalda y en los pies de quienes los utilizan. Entre los problemas de salud más frecuentes se encuentran:

  • Dolor de espalda y cuello. Según advierte la Escuela Española de Espalda, llevar tacones altera nuestra postura corporal. Al ponernos tacones, el peso del cuerpo se proyecta hacia delante y para compensarlo nuestra zona lumbar se vuelve más cóncava, lo que favorece el dolor en la zona. Además, este cambio de postura favorece la cifosis cervical (curvatura en la dirección contraria a la normal) y puede provocar dolor en el cuello.
  • Favorece la aparición de artrosis. Sobre todo, en rodillas y caderas, que reciben una sobrecarga debido a un aumento de presión en ambas articulaciones, aunque también los tobillos pueden verse afectados. A mayor tacón, mayor aumento de presión y mayor probabilidad de padecer osteoartritis, ya que todo el peso del cuerpo lo soporta la rodilla y el antepié.
  • Metatarsalgias. Las metatarsalgias son básicamente dolor e inflamación en la bola del pie (metatarso). Varios estudios demuestran que, con zapatos de más de 4 centímetros de altura, el peso —que naturalmente se distribuye en un 75% en el talón y un 25% en el antepié— a medida que vamos aumentando los centímetros del tacón, se desplaza al antepié (a veces hasta el 83%), que no está preparado para aguantarlo. Esto provocara las temidas metatarsalgias, que incluyen muchas patologías, como bursitis subcapital, bursitis antecapital, síndrome de predislocación, fibrosis perineural de Morton, neuritis intermetatarsal, fractura de estrés… Estas patologías son aún más probables si los tacones son estrechos o de aguja.
  • Deformación en los dedos. Si a los tacones altos —lo que hace que la planta del pie sea más cóncava—, les sumamos puntas estrechas, las probabilidades de que los dedos del pie se deformen son muy elevadas. Además de provocar juanetes, pueden producirse dedos en garra, en maza o en martillo, que requieren incluso de una intervención quirúrgica para corregirse.
  • Afecciones en la piel. Durezas, callos, grietas, rozaduras… son más frecuentes si usamos tacones altos.
  • Accidentes. Los tacones aumentan la inestabilidad de quienes los llevan —sobre todo si padecen laxitud o pronación— y, por tanto, la probabilidad de sufrir accidentes. Las lesiones más usuales son los esguinces de tobillo.

Como prevenir problemas sin dejar de usar tacones

Según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos de España, las mujeres pasan por quirófano cuatro veces más que los hombres por problemas en los pies, y los tacones son en gran parte los responsables. Para que esto no ocurra, el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ofrece algunas recomendaciones para las fanáticas de los tacones:

  1. 1. El tacón, y mucho menos el alto, no debe ser la norma. El tacón alto hay que dejarlo solo para las ocasiones especiales y no permanecer de pie más de dos horas. Es mejor alternarlo con plano para que la musculatura no se acostumbre y que no exceda de los 4 o 5 centímetros. Además, debemos intentar utilizarlo con suela de goma.
  2. 2. No lo ‘dejes’ de golpe. Si estás acostumbrada a usar tacón alto a diario, tampoco es conveniente dejar de usarlos de golpe, sino acortar el tacón paulatinamente. El motivo es que, una vez la musculatura se ha acostumbrado, es probable que se haya generado un acortamiento del tendón de Aquiles y de la musculatura posterior de la pierna. Al ponernos zapato plano de repente, podría aumentar la tensión en la musculatura posterior de la pierna, tendón de Aquiles, gemelos y producir e incluso lesiones.
  3. 3. Después de usar tacones altos es conveniente realizar estiramientos y automasajes de la musculatura posterior de las piernas, isquiotibiales, sóleo y gemelos y en la planta del pie.
  4. 4. Si se usa tacón durante la jornada laboral, y no hay otra alternativa, hay que intentar dejar de apoyar el peso en el pie siempre que se pueda sentándonos, apoyándonos, etc.
  5. 5. Para amortiguar el antepié, es conveniente usar con alguna almohadilla de gel para que el golpeo continuo de los metatarsianos con el suelo provoque menor impacto.
  6. 6. Optar por plataformas y cuñas. Sin ser lo ideal, es una alternativa menos dañina, pues reducen la inclinación del pie y no sobrecargan tanto el antepié.
  7. 7. Cuando no se lleven tacones, se aconseja llevar calzado plano o con tacón de 2-4 cm, ancho y con apoyo amplio. La suela demasiado fina tampoco es recomendable. También es importante que cuenten con sujeción trasera para que evitar torceduras derivadas de la falta de control en el movimiento al caminar.
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