Las autoridades francesas detuvieron este sábado a más de 150 personas en una nueva jornada de protestas en París, donde coincidieron una manifestación de los “chalecos amarillos” con otras dos en defensa del clima y contra la reforma de las jubilaciones.
En total, hasta las 18.00 hora local (15.00 GMT), 163 personas habían sido arrestadas en la capital francesa.
Las concentraciones de los “chalecos amarillos” no habían sido autorizadas, pero sus integrantes, que este sábado cumplían su 45ª jornada de movilizaciones, mantuvieron su protesta y acabaron siendo dispersados con gases lacrimógenos en distintos puntos de la ciudad por las fuerzas del orden.
El colectivo indicó en su cuenta en las redes sociales “Le nombre jaune” (El número amarillo), creada para ofrecer sus propias cifras, que la participación se elevó a un mínimo de 91.430 personas.
Las autoridades habían desplegado a 7.500 agentes para evitar altercados ante el temor de la presencia de los llamados “black blocs”, grupos violentos de encapuchados conocidos por provocar altercados durante las manifestaciones.
Entre los controles efectuados, policías y gendarmes habían incautado bolas de petanca o un martillo.
No obstante, según la Prefectura parisina de Policía, cerca de 1.000 individuos considerados peligrosos lograron infiltrarse en la manifestación contra la crisis climática, protagonizando enfrentamientos contra las fuerzas del orden.
En esa última protesta se agruparon 15.200 personas, según un recuento del gabinete independiente Occurrence, mientras que los organizadores elevaron esa cifra a unas 50.000.
Por otra parte, la organizada también en París por el sindicato Fuerza Obrera contra la reforma de las pensiones congregó a 6.000 personas, según la Policía, o a 15.000, según la agrupación sindical.
Las protestas de los “chalecos amarillos” comenzaron el pasado noviembre, en un primer momento contra la subida de los impuestos al diésel, y su amplitud llevó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, a anunciar un paquete de medidas en favor de la calidad de vida de los ciudadanos con el objetivo de mitigar la crisis.