CIUDAD DE MÉXICO.
Sin especificar cuándo sucedió, comenzó a circular un video en redes sociales que muestra a una mujer que al ser acusada por un elemento de seguridad de haber robado algo al interior del súpermercado.
La mujer, quien viene acompañada por un hombre, se desnuda para comprobar que no es cierto.
Los hechos habrían ocurrido en el Walmart Tepeyac, en la alcaldía Gustavo A.Madero.
Los guardias de seguridad están atentos al robo hormiga, por tratarse del delito que más carcome a los centros comerciales.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización a Empresas del INEGI, este delito presenta una incidencia de mil 352 casos por cada 10 mil establecimientos.
Y es que decenas de personas sin intenciones de comprar ingresan, todos los días, a tiendas, centros comerciales, almacenes y supermercados; son hombres, mujeres e incluso niños que sustraen artículos de manera ilícita.
Se le conoce como “robo hormiga” y representa pérdidas millonarias en México anualmente.
El “robo hormiga” es motivado por la frustración, desorden psicológico o emocional, estrés, depresión y gusto por la adrenalina de quienes cometen el ilícito, sin olvidar la intención de ganar dinero fácil; además, para muchos delincuentes se convierte en un modo de vida.
Ropa, desodorantes, jabones, maquillaje, perfumes, discos y artículos de uso personal representan 70% de la mercancía sustraída; el 30% restante corresponde a artículos perecederos, aparatos electrónicos o artículos para el hogar, de acuerdo con un estudio hecho recientemente por la mencionada empresa.
El análisis señala que 60% de los ladrones “hormiga” son hombres y 40% mujeres.
A pesar de que en México el llamado “robo hormiga” no está tipificado como delito grave, los especialistas señalan que los ilícitos menores suelen ser el inicio de una carrera delictiva, por lo que es importante combatirlos.
Modus operandi
Diversos estudios han identificado cuatro formas comunes de cometer el “robo hormiga”:
Las farderas: Mujeres que esconden los artículos bajo su falda; personas que cambian las etiquetas para alterar el costo real de los productos por uno más bajo, y otros que usan bolsas o empaques de aluminio para evitar que las alarmas o antenas antirrobo se activen.
En grupos de hasta cinco personas, que esconden el botín entre sus ropas o paquetes de aluminio para burlar los radares antirrobo de las tiendas.
Mujeres con carriolas o niños de brazos: Esconden la mercancía entre las cobijas del menor y son capaces de picar al bebé con una aguja o alfiler para hacerlo llorar; con ello distraen la atención del policía y salen bien libradas del hecho.
Pandillas de 10 personas que se dividen en grupos, con el fin de colocar pantallas o aparatos electrónicos en el carrito del súper, para salir corriendo del establecimiento, mientras otros distraen al personal de seguridad y uno o dos más esperan la mercancía en un auto en marcha, en el cual huyen.
Tipos de ladrones
- 15.2%, IMPULSIVOS: Personas que no planifican; roban sin importar el valor del producto y, ante la detención, muestran sorpresa, ya que se trata de un proceso traumático que les causa culpa y vergüenza.
- 15%, OCASIONAL: Es aquel que ha cometido otros robos; sus motivaciones van desde el desafío personal hasta el reto de otros grupos. Siempre reconoce la ilegalidad de sus acciones y, ante la consignación, muestra una fuerte carga emocional. Un alto porcentaje de éstos cambia su conducta delictiva ante la sanción.
- 2.7%, EPISÓDICO: Generalmente enfrenta graves problemas emocionales y psicológicos; roba productos sin trascendencia y lo hace cuando está estresado. Muestra culpa cuando es sorprendido y se deprime.
- 55.2%, AMATEUR: Individuos con patrones regulares de robo; hurtan cosas pequeñas y fáciles de ocultar. Sus técnicas son simples y llevadas a cabo después de evaluar los riesgos y beneficios. Al ser aprehendidos emplean estrategias de manipulación para evitar el castigo.
- 11.7%, SEMIPROFESIONALES: El “robo hormiga” es parte de su estilo de vida y lo hacen semanalmente. Emplean técnicas depuradas; son el único grupo que vende los productos que sustraen para ganar dinero y lujos personales. Sienten que son tratados injustamente por la sociedad, por lo cual merecen más de lo que reciben y delinquen con el fin de compensar tal “injusticia”.