Nueva York .- El exlíder del cártel de Los Cachiros en Honduras, Devis Leonel Rivera Maradiaga, aseguró en Nueva York que los líderes del cártel de los hermanos Valle querían asesinar al presidente del país, Juan Orlando Hernández, porque no les atendía al teléfono tras ayudarlo con su campaña.
Rivera Maradiaga es un testigo cooperante del Departamento de Justicia de EE.UU. en el juicio por narcotráfico contra el exdiputado hondureño Juan Antonio Hernández, hermano del actual presidente.
El testigo dijo ayer que se enteró del complot en 2014 durante una reunión con los hermanos Arnulfo y Luis Valle, líderes del cartel Los Valle, en El Espíritu, Copán.
“Arnulfo dijo que le querían matar porque una vez salió presidente no les contestaba el teléfono después que le apoyaron en su candidatura”, respondió el exnarco a preguntas de la Fiscalía, que ha abordado en el juicio en varias ocasiones la presunta participación del presidente en las actividades del narcotráfico.
Aseguró que no ayudó a los hermanos Valle en su plan porque ya para esa fecha cooperaba con la agencia estadounidense antidrogas (DEA, en inglés) y porque “nunca estuvo en mi mente matar al presidente de mi país”.
Rivera Maradiaga también indicó que el abogado Reynaldo Ekónomo, actual diputado por el Partido Nacional, le informó de que el presidente había escuchado rumores de que él y su hermano Javier querían asesinarlo, y se comprometió a ayudarlo porque ese día se iba a reunir con Juan Orlando Hernández.
Ekónomo le dijo que lo llamaría entonces “para que aclarara la situación” y le pidió a cambio 20.000 dólares y la camioneta nueva que usaba para desplazarse por Tegucigalpa (capital del país).
Según el exnarco, Ekónomo cumplió su palabra y lo llamó cuando estaba con el presidente Juan Orlando Hernández, pero le explicó que estaba puesto el altavoz y este no hablaría con él, sólo escucharía.
“Líder, le estoy llamando para aclarar esos rumores, no crea lo que le han dicho, porque mi hermano y yo no hemos planeado matarlo”, declaró Rivera Maradiaga sobre su supuesta conversación con el mandatario de Honduras en 2014.
“Más bien, líder, mi hermano y yo le hemos estado apoyando para ser presidente” y después le mencionó una lista de congresistas y sus respectivos distritos a los que ayudaron para su elección, según su testimonio en la corte federal para el distrito sur de Nueva York, donde se realiza el juicio.
Ekónomo le indicó que “el líder”, en referencia al presidente, lo había escuchado. Dos días más tarde volvió a reunirse con el ahora diputado: “Me dijo que Juan Orlando Hernández estaba complacido y satisfecho por la explicación que le había dado”.
Ante el testimonio de este viernes de Maradiaga, el presidente hondureño respondió a través de un tuit, asegurando: “El FBI reveló la magnitud del plan del cartel de los Valle Valle y sus socios para asesinarme, porque sabían que tarde o temprano los íbamos a capturar, extraditar e incautar bienes obtenidos con sangre”.
Rivera Maradiaga, que está en una prisión en Nueva York desde 2015, en espera de ser sentenciado aseguró que pagó sobornos a jueces, militares, policías, a políticos como Juan Antonio Hernández y su hermano Juan Orlando Hernández así como a Julián Pacheco Tinoco, actual ministro de Seguridad de Honduras.
Según el testigo, también que en 2014 le informaron de que Tony Hernández quería trabajar con él en el narcotráfico y que este le ayudaría para que el Gobierno le pagara el dinero que le debía desde la época del presidente Porfirio Lobo.
El testigo, que dijo haber ganado unos 50 millones de dólares con el narcotráfico, creó una empresa fantasma, Inrimar, que obtenía contratos con el Gobierno de Porfirio Lobo para construir carreteras y así blanquear dinero del narcotráfico así como un zoológico.
Posteriormente se reunió con Oscar Ramírez, abogado de Tony Hernández, a quien le entregó 50.000 dólares.
La reunión con Tony Hernández ocurrió entre enero y febrero del 2014 para hablar sobre los contratos, pero el tema del narcotráfico se discutiría en una segunda reunión, según él.
De acuerdo con el exnarco, el día que conoció a Tony Hernández grabó la reunión como parte de su cooperación con la DEA, usando un reloj de muñequera que él mismo compró. Partes de este vídeo fueron presentados este viernes como evidencia.
A esa reunión asistió Edgardo Pérez, empleado de Rivera Maradiaga, con quien había creado otra empresa fantasma para traspasar dichos contratos, con quien el acusado habló sobre el tema.