(Material gráfico: una ilustración de Raúl Soria acompaña este artículo).
RONCAR NO ES PELIGROSO, PERO PUEDE TENER CONSECUENCIAS SOCIALES.
Siempre a la misma hora, escuchas el sonido del tren de carga que atraviesa la habitación a mitad de la noche. O por lo menos lo que sonaba como un tren de carga.
En realidad, era yo, estaba roncando. Según mi esposa, el tren de carga se había vuelto más ruidoso con el paso de los años.
Desafortunadamente, la frecuencia y el volumen de los ronquidos empeora con la edad, entre otros factores. Aunque no hay nada que pueda hacer para frenar mi envejecimiento, hay productos y tratamientos disponibles que pueden eliminar o reducir de manera importante la molestia que sufren nuestros compañeros de habitación debido a los ronquidos y jadeos nocturnos.
Los ronquidos y la apnea del sueño no son lo mismo, aunque los ronquidos severos pueden ser señal de apnea. Si no sufres de apnea del sueño, los ronquidos simplemente son el resultado benigno de una vía respiratoria obstruida.
Conforme envejecemos, la úvula —el tejido suave y flexible que parece un dedo en el fondo de la garganta— se vuelve más suave y más flexible. Al mismo tiempo, se aflojan los músculos debajo de la lengua. El padecimiento puede empeorar debido al sobrepeso o al consumo excesivo de alcohol.
“Con la edad, disminuye el tono muscular de nuestras vías respiratorias. Esa disminución del tono permite que los tejidos se muevan más y se vuelvan más propensos a las vibraciones y los colapsos”, explicó Michael D. Olson, otorrinolaringólogo y cirujano del sueño del departamento de cirugía de cabeza y cuello de la Clínica Mayo. Además, si disminuye el tamaño de la vía respiratoria, aumenta la presión del aire, lo cual provoca que el tejido vibre y la persona ronque.
“Si a eso añadimos la congestión nasal, una lengua de gran tamaño y un cuerpo obeso, el resultado es un colapso excesivo de las vías respiratorias”, comentó Olson.
Otra causa de los ronquidos: las extracciones dentales, un asunto específico de los ‘baby boomers’ que tuvieron frenillos cuando eran jóvenes. Puesto que la extracción de los cuatro premolares era una práctica común en esa época, los miembros de esa generación quizá ronquen ahora debido a que tienen una lengua más grande dentro de una boca más pequeña.
Los ronquidos no son peligrosos y no interrumpen el sueño reparador, pero pueden tener graves consecuencias sociales.
“Roncar puede ser un problema importante para las parejas. Hay personas que vienen llorando a mi consultorio porque no han podido estar en la misma cama durante años”, comentó Olson.
La cirugía es una cura para los ronquidos. La uvulopalatofaringoplastia (UPFP) sirve para reacomodar los tejidos de manera que se aumente el tamaño de la vía respiratoria. Sin embargo, la cirugía puede acarrear complicaciones, tales como dificultades al tragar o la sensación incómoda de que algo está siempre atorado en la vía respiratoria.
La somnoplastia, un procedimiento ambulatorio, usa microondas para retirar o contraer los tejidos blandos del paladar. Las complicaciones relacionadas incluyen el cambio de voz, además, el procedimiento quizá solo funcione durante unos cuantos años, o no funcione en absoluto, debido a que los tejidos vuelven a crecer.
Afortunadamente, hay productos menos drásticos y menos costosos que eliminan o reducen los ronquidos y su volumen. Suelen tener efectos secundarios menos graves, o por lo menos reversibles.
Los aparatos bucales, conocidos como dispositivos de avance mandibular, empujan la mandíbula inferior (y la lengua) hacia delante, abriendo la vía respiratoria y reduciendo o eliminando los ronquidos.
Los anuncios de estos productos han inundado los medios recientemente, pero, en cuanto a los resultados, no es una solución para todos.
A algunos no les funciona ninguno de estos aparatos. Para que funcione bien, el dispositivo debe permanecer dentro de la boca toda la noche y usarse de manera continua. Algunos usuarios quizá nunca se acostumbren a la sensación de tener un objeto de gran tamaño en la boca que evite que su mandíbula se cierre.
Debido a que estos dispositivos empujan la mandíbula inferior hacia delante, los usuarios generalmente despiertan con la mordida desalineada; esto a menudo se corrige en cuestión de minutos tras haber retirado el aparato. El babeo, los dientes sensibles y el movimiento de los dientes también podrían ser otros de los efectos secundarios.
“Los productos orales son útiles, pero no solucionan el problema”, dijo Nina Shapiro, especialista en otorrinolaringología del departamento de cirugía de cabeza y cuello de la Universidad de California, campus Los Ángeles.
SnoreRX y Zyppah, dos de estos productos, son dispositivos de “hervir y morder”. Colocas el producto en agua hirviendo para ablandar la resina incluida, después muerdes con firmeza para moldearlo según la forma de tu mordida, lo cual ayuda a que se acomode mejor cuando lo metes a tu boca.
ZQuiet, de 80 dólares, es un dispositivo de placa abierta; no se necesita moldear el producto con los dientes. Por lo tanto, es más pequeño y menos estorboso, lo cual permite que el usuario abra o cierre la quijada a voluntad.
Zyppah tiene una función adicional; el aparato de 99 dólares incluye una banda elástica que fija la lengua para evitar que bloquee la vía respiratoria.
SnoreRX no tiene una banda para la lengua, pero el dispositivo de 99 dólares permite que el usuario abra más la vía respiratoria moviendo la sección inferior de la mandíbula hacia delante milímetro por milímetro.
Los probé todos y ninguno de los dispositivos me pareció tan cómodo como no tener nada en la boca; siempre sentí como si tuviera algo grande y estorboso que evitaba que me relajara por completo o hablara de manera coherente. Era un alivio quitarme cada uno cuando invariablemente me despertaba a las cuatro de la mañana.
Con los tres dispositivos, se desalineó mi quijada y sentía dolor en los dientes cuando me levantaba, pero siempre desaparecía en cuestión de minutos tras quitarme el aparato.
Sin embargo, lo más importante es que todos redujeron o eliminaron por completo mis ronquidos, aunque sí experimenté la mayoría de los efectos secundarios. (“No has dormido tan silenciosamente en años”, dijo mi esposa).
Para los que no pueden tolerar o siquiera contemplar dormir con algo en la boca, un dilatador nasal podría ser la respuesta.
Al abrir las fosas nasales, se vuelve más fácil respirar por la nariz, por lo que se reduce el vacío y la vibración asociada de los tejidos que ocurre cuando solo respiras por la boca, dijo Peter VanZile, principal científico de GSK, fabricante de Breathe Right, uno de los dilatadores nasales de este tipo.
Al fijar un parche adhesivo semirrígido sobre el puente de la nariz, Breathe Right abre las fosas nasales conforme el parche trata de volver a la posición recta.
Breathe Right, que cuesta alrededor de doce dólares por una caja de 30 tiras, me funcionó de inmediato. Durante los siguientes días, mi esposa dijo que solo me escuchó roncar brevemente una o dos veces cada noche.
Mute, otra opción que cuesta 28 dólares, de Rhinomed en Australia, es un dilatador nasal interno. Se trata de un pequeño aro de silicón que insertas en tu nariz y funciona como una férula que abre una arteria.
Aunque es menos invasivo que los aparatos bucales, el dispositivo Mute no tuvo efecto alguno en mis ronquidos, aunque pude respirar más fácilmente por la nariz.
Smart Nora, un producto canadiense de 329 dólares, consiste en un dispositivo que se infla debajo de la almohada cada vez que el micrófono incluido detecta que comienzan los ronquidos. Levantar rápidamente la cabeza del usuario algunos grados abre su vía respiratoria.
Durante los primeros días, me despertaba cada vez que mi cabeza se levantaba, pero luego de un tiempo, terminé por ignorar el movimiento. Otros ruidos fuertes pueden detonar el movimiento de la almohada, por lo que es importante colocar con cuidado el micrófono.
Si eres el tipo de persona a la que le gusta hacer bolita la almohada, Smart Nora no funcionará, pues el aparato debe permanecer recto.
Desafortunadamente, no hay estudios independientes que puedan demostrar la eficacia de cualquiera de estos productos.
“Según lo que sé, no ha habido estudios independientes arbitrados de estos productos que no sean financiados por compañías”, dijo Shapiro. “Sería difícil financiar de manera externa los estudios de confiabilidad y eficacia de los productos, sobre todo cuando las empresas ofrecen financiamiento”.
Si estás comparando productos basados en costo, debes estar consciente de que, con la excepción de la almohada Smart Nora, la mayoría debe remplazarse de una a cuatro veces al año; el paquete de tres dispositivos Mute por 28 dólares dura solo un mes.
¿Qué producto te funcionará? “Quizá dependa de la preferencia del usuario”, dijo VanZile. Tal vez lo más importante termine siendo la preferencia de quien duerme contigo.
c. 2019 The New York Times Company