Probablemente el comer rápido te haga sentir orgulloso y querer presumir tu habilidad ante tus amigos y el mundo. Tal como lo hizo Molly Schuyler, una comedora competitiva estadounidense que ha logrado batir récords en numerosos desafíos.
Molly logró comer en solo tres minutos un enorme Sandwich Emmenecker en Jethro’s BBQ en Ames, Iowa. Entre los panes había pollo, carne Angus, cerdo, queso, entre otros ingredientes fritos.
El cerebro puede llegar a necesitar hasta 20 minutos para procesar las señales de que estás lleno.
Cuando comes rápido, es mucho más fácil comer mucha más comida de la que tu cuerpo realmente necesita. Con el tiempo, el consumo excesivo de calorías puede conducir al aumento de peso.
La comida rápida se asocia con un exceso de peso corporal y quienes comen rápido pueden tener hasta el doble de probabilidades de ser obesos en comparación con los que comen lentamente. Lo anterior se basa en una revisión reciente de 23 estudios.
Un estudio en niños descubrió que el 60% de los que comían rápidamente también comían en exceso. Los comedores rápidos también tenían 3 veces más probabilidades de tener sobrepeso.
Otros problemas a la salud
El comer rápido no solo evitará que disfrutes los sabores y texturas de la comida, también te traerá mala digestión y otros problemas a la salud.
Resistencia a la insulina. Comer demasiado rápido está relacionado con un mayor riesgo de resistencia a la insulina , que se caracteriza por niveles altos de azúcar en la sangre y de insulina. Es un sello distintivo de la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico.
Diabetes tipo 2. Comer rápido se ha asociado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Un estudio encontró que los comedores rápidos tenían 2.5 veces más probabilidades de contraer la enfermedad en comparación con aquellos que comían lentamente.
Síndrome metabólico. La alimentación rápida y el aumento de peso asociado pueden aumentar su riesgo de síndrome metabólico, un grupo de factores de riesgo que pueden aumentar su riesgo de diabetes y enfermedad cardíaca.
Mala digestión. Los comedores rápidos comúnmente informan una mala digestión como consecuencia de comer demasiado rápido. Pueden tomar bocados más grandes y masticar menos la comida, lo que puede afectar la digestión.
Te dejamos algunos trucos para comer más lento:
- Mastica cada bocado 15 veces, al principio cuéntalas en tu mente pues de esta manera te vas a ir acostumbrando a tomarte tu tiempo.
- Siéntate en el comedor, nada de comer en la sala o lugares que no estén destinados específicamente para esto.
- Come con compañía, de esta manera la plática hará más amena la comida y extenderás este momento para comer más lento.
- Si comes solo, no tengas distracciones en la comida, es decir, nada de televisión, celular o computadora. Pues tu cerebro prestará atención en esa actividad y no sentirás saciedad, por lo que seguirás comiendo.
- Sírvete agua durante la comida en un vaso pequeño y bebe antes de empezar a comer y durante la comida. Como seguramente necesitarás más agua, te levantarás a servirte más agua y de esta forma harás más tiempo para comer.
- Descansa los cubiertos, si cada bocado descansas los cubiertos en el plato y no los tienes en la mano, te hace comer un poco más lento.
- No dejes pasar más de 4 horas entre cada comida. Consume pequeñas colaciones saludables que te ayudarán a comer con menos ansiedad y con esto, más despacio.
Fuentes: La Opinión y Inside Edition