La presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Esmeralda Arosemena de Troitiño, pidió respetar el “orden constitucional” en Bolivia y preservar los derechos de la ciudadanía, de lo contrario se colocará a la población en “una situación de vulnerabilidad”.
“Es responsabilidad de las instituciones, de las autoridades, también de la sociedad”, dijo Arosemena en una entrevista con Efe durante el 174 Período Sesiones de la CIDH, que se celebra desde el viernes en Quito.
La jurista panameña, insistió en que debe respetarse el orden constitucional “en esta demanda de una transformación social, de la búsqueda de respuestas a los derechos de todas las personas sin exclusión alguna”.
Sin tomar partido en ningún momento por las reclamaciones políticas de las partes, y sin mencionar la teoría de si fue un “golpe de Estado” lo que propició la salida de Evo Morales del poder, Arosemena expresó únicamente su preocupación por la población.
“Si hay alguien que se sale de ese contexto (el constitucional) coloca a la población en una situación de inseguridad, de vulnerabilidad”, advirtió.
“Hay que trabajar sobre las bases de derechos, porque garantizar el estado de derecho nos garantiza la estabilidad social, económica, política de un país”.
A través de un comunicado, la Comisión expresó este lunes su “profunda preocupación” por la “grave escalada” de violencia en Bolivia, si bien no ha elevado este caso a audiencia “de oficio” como sí hizo por ejemplo con el de Chile.
La tarde del lunes, la Comisión dedicó más de dos horas a los violentos sucesos en este último país, con un batería de ONG que acusaron al gobierno de Sebastián Piñera de violación de los derechos humanos.
La convulsión social en Bolivia, que llevó a la renuncia de Morales tras un llamado del Ejército en ese sentido, deja al menos tres muertos y más de cuatrocientos heridos en enfrentamientos entre seguidores del ya expresidente y quienes temían que se perpetuara en el poder.
Este martes, Morales, quien renunció el domingo a la Presidencia, llegó como asilado a México en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana que partió anoche de Bolivia e hizo una escala en Paraguay antes de emprender una complicada ruta por la región.