En 2017, un hombre de 32 años llamado James Michael logró concretar lo que él llamó como el “viaje de su vida” al hacer un recorrido por varios países pertenecientes a África.
Al regresar a casa todo marchaba bien hasta que varios meses después, en 2018, comenzó a sentir algunas molestias de salud; para octubre había perdido sensibilidad en las piernas, problema que se lo atribuyó a una fatiga muscular pues practicaba ciclismo.
Pero un mes después, Michael tuvo que ingresar a urgencias de un hospital luego de haber sudado intensamente toda la noche. Los doctores le hicieron varias pruebas pensando que podía tratarse de alguna falla cardíaca o problema neuronal.
Las pruebas dieron a conocer que James había contraído un parásito estaba afectando su columna vertebral. Fue entonces cuando se determinó que durante su viaje por África, en donde conoció Zambia y Zimbabwe, también visitó Malawi, en donde hizo un paseo en canoa y nadó durante 5 días en un lago del lugar por más de 3 horas.
Al problema de salud se le conoce como bilharzia, una infección causada por un gusano parásito que vive en agua dulce en regiones subtropicales y tropicales, y le dieron la medicación adecuada, que acabó con la enfermedad, pero básicamente había quedado inmovilizado.
Los doctores concluyeron que el parásito le ingresó al cuerpo mediante el pene y fue así como fue dejando sus huevecillos en distintas partes del organismo.
Aunque pasó varios meses inmovilizado, poco a poco ha ido recuperando el movimiento de las extremidades y existe un 30% de probabilidades de que se recupere.
La Opinión