El incidente ocurrió hacia las 15.00, hora local (10.30 GMT), en un área insegura del distrito de Imam Sahib, cuando el coche en el que viajaban activó a su paso el explosivo colocado por los talibanes, afirmó a Efe el portavoz del gobernador de Kunduz, Esmat Muradi.
“En la explosión murieron 15 civiles, incluidos siete mujeres y ocho niños, seis de ellos niñas, y dos pasajeros más resultaron heridos”, reveló el portavoz.
El gobernador de Kunduz, Abdul Jabar Naemee, culpó en un comunicado también a los talibanes por colocar artefactos explosivos en las carreteras y calificó lo sucedido como un crimen contra la humanidad.
Según el gobernador, los talibanes han perdido la capacidad de enfrentarse a las fuerzas de seguridad y usan a los civiles como escudos humanos durante los enfrentamientos, al tiempo que colocan artefactos explosivos de manera “indiscriminada” en las carreteras que acaban generando sobre todo víctimas entre los aldeanos.
Ningún grupo insurgente se ha pronunciado sobre la explosión.
Los sucesos relacionados con bodas se han repetido durante los últimos años en Afganistán, aunque en la mayoría de los casos las muertes se producen, como hoy, por la detonación de explosivos colocados en carreteras o errores de las fuerzas de seguridad, al bombardear las congregaciones creyendo que se trata de reuniones de insurgentes.
Un mes después, en uno de los peores ataques de los últimos años en el país asiático, 80 personas murieron y otras 182 resultaron heridas en un atentado suicida contra una boda en Kabul, una acción que fue reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).