Audrey Mash ingresó en el hospital Vall d’Hebron con hipotermia después de que una tormenta de nieve llegara de repente en Núria y su temperatura bajara hasta los 20,2 grados. Junto a ella estaba su marido, Rohan Schoeman, quien veía como su vida se esfumaba.
Cuando llegaron los equipos de rescate junto a ellos el corazón de Audrey había dejado de latir hacía tres horas.
Según relata La Vanguardia, seis horas y media después de lo sucedido el corazón volvió a latir y once días después del ingreso salió por su propio pie del hospital. Los médicos quedaron sorprendidos de que no le haya quedado ninguna secuela neurológica.
Su historia ya es el primer caso que se conoce de una persona que sobrevive a un paro cardíaco por hipotermia en el Pirineo. Relata el diario que dos de los especialistas que intervinieron en la operación tuvieron que insistir para intentar salvarla cuando sus colegas les decían que ya no había nada que hacer. Con esta experiencia tienen claro que es una invitación a establecer un protocolo de actuación ante las víctimas de hipotermia.