El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció el fin del acuerdo de producción para la emisión de TV Escola, una televisión educativa que según el mandatario era “totalmente de izquierda” y que promovía la “ideología de género”.
El mandatario fue consultado por periodistas sobre esa decisión, anunciada el pasado viernes por el Ministerio de Educación y, según la cual, se ha revocado el contrato mediante el que, desde 1995, el Estado financiaba la gestión de la televisión pública, operada por la Asociación de Comunicación Educativa Roquette Pinto (Acerp).
“¿Ustedes conocen la programación de la TV Escuela? Des-educa!”, declaró Bolsonaro, quien sostuvo que la temática del canal era “totalmente de izquierda” y promovía asuntos como la “ideología de género” financiado con recursos públicos. “Dinero público para ideología de género. Esto tiene que cambiar”, sostuvo.
Agregó que la renovación del contrato supondría un valor de 350 millones de reales (unos 83,3 millones de dólares) para los próximos cinco años, lo cual sería “dinero desperdiciado”, pues “nadie ve” ese canal, que tiene bajísimos índices de audiencia.
Bolsonaro, líder de una emergente ultraderecha que cumplirá un año en el poder el próximo 1 de enero, reafirmó que, en su opinión, la izquierda ha dominado el pensamiento y las políticas educativas en el país durante los últimos 30 años e insistió en que eso debe ser revertido.
“Las cosas tienen que cambiar”, declaró el presidente, quien calculó que sus políticas educativas, que según el Gobierno apuntan a eliminar todo tipo de ideología de las escuelas y universidades, tendrán “reflejos dentro de cinco o diez años”.
Según Bolsonaro, en ese plazo se “acabará con la ideología de Paulo Freire”, experto educador fallecido en 1986, considerado como uno de los teóricos más influyentes del mundo en esa área, nombrado “patrono de la educación brasileña” en 2012 y promotor de la llamada pedagogía crítica.
“Hay mucha gente formada aquí según la filosofía de Paulo Freire, ese energúmeno e ídolo de la izquierda”, declaró Bolsonaro.