Dicen que a la muerte y a la suerte, ni temerlas ni buscarlas, que hay que esperarlas, un consejo que se han tomado muy en serio en una funeraria gallega en la que sortean un suculento y solidario ‘féretro’, con dulces navideños, cuyas ganancias irán destinadas a acciones de apoyo a los niños que sufren tumores.
Arturo Varela y Miriam González, dos jóvenes empresarios de la Funeraria Ourense, situada en el ayuntamiento de Barbadás, son los artífices de esta singular cesta de Navidad que ha tenido una excepcional acogida.
Tanto es así que, hasta el momento, han superado con creces todas las expectativas; prueba de ello es que ya están a punto de vender el lote de 333 papeletas que han preparado para la ocasión, y eso cuando apenas han transcurrido diez días desde que se pusieron a la venta.
“Hemos recibido llamadas de Valencia, Badajoz, Segovia, Pontevedra, Santiago de Compostela e incluso de varias funerarias de la competencia de otras provincias”, confiesa el empresario Arturo Varela, quien se encuentra todavía sorprendido por “este revuelo inesperado” que ha causado el féretro, el cual destaca tanto por su continente como por su contenido.
La idea, que surgió hace dos años como una forma “de interactuar con los vecinos con un envase un poco diferente al habitual” y que ha visto la luz esta Navidad, tiene como finalidad “recaudar fondos para una asociación contra el cáncer infantil” que prefiere que no se haga público su nombre.
Un motivo más para que, desde que se pusiese en marcha esta iniciativa, la aceptación “haya sido total” pese a que no hayan llamado a sitio alguno para publicitar esta propuesta.
Una completa ‘cesta’ de Navidad
En el ataúd no falta de nada. Entre los productos que se pueden encontrar en su interior figuran dos paletas de jamón, turrones, champán, vinos, licores, una televisión de 50 pulgadas, una Thermomix y una cafetera de categoría.
En definitiva, una “completa” selección con productos de temporada.
En el cristal del establecimiento se informa de que la cesta esta valorada en 1.999 euros y que quien quiera una papeleta, que la pida en la floristería. El resultado se conocerá el Día de Reyes, con motivo del sorteo del Niño.
Por último, sobre la gran duda, si el ataúd entra en el sorteo, la respuesta es, con fina ironía: “Si el premiado tiene mucho capricho, le ponemos el ataúd en casa”.
No obstante, creen que en principio la afortunada o el afortunado lo que querrán será llevarse el lote que almacena.
Todo aquel que quiera probar fortuna deberá darse prisa para poder conseguir una de las pocas papeletas que aún quedan a la venta.
El precio, 1.999 euros, también tiene su razón de ser, pues es un guiño a la economía local: “Aquí, predomina el pequeño comercio y también sufrimos los impactos de las grandes superficies”.
De momento, espoleado por el triunfo de este mes de diciembre, les queda a estos emprendedores todo un año para pensar en una nueva propuesta que “pueda llamar la atención” y que no deje indiferente a nadie, y ello “siempre con los pies en la tierra”.
Como colofón, sarcasmo de nuevo, que por algo son fechas para estar alegres.
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