Aquel 16 de mayo del 2004, día en que se elegiría al Presidente de la República Dominicana que gobernaría el país hasta el 2008, se caracterizó por la incertidumbre y la tensión que amenazó con socavar la paz social que reinaba en la nación caribeña. En aquella ocasión la tranquilidad de los dominicanos era más que imprescindible por la crisis económica que afectaba el país en el 2004.
Así lo describe el monseñor Agripino Núñez Collado en su libro “Ahora que puedo contarlo”, en el cual detalla su participación como mediador en varias situaciones que podían rescrebajar la democracia dominicana.
En el 2004, los principales candidatos a la jefatura del Estado eran el presidente de la República, Hipólito Mejía, quien buscaba continuar en el poder por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Leonel Fernández, quien buscaba regresar al Gobierno por segunda ocasión y el candidato presidencial del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Eduardo Estrella.
Monseñor detalla que hace 16 años en el país imperaba un ambiente de preocupación entre los sectores políticos, sumados a la desconfianza que había en la Junta Central Electoral (JCE) y la inquietud que generaba la reelección del presidente Mejía.
“La campaña se desarrollaba, además, en medio de una de las peores crisis económicas, con la quiebra de tres bancos y el agravamiento de la inestabilidad energética. Gracias a Dios, el liderazgo del país ha tenido la virtud de encontrar una salida cuando parecen que las situaciones no tienen solución”, relata el Monseñor en sus memorias.
Fue conformada una comisión, coordinada por Núñez Collado, para que diera seguimiento a las elecciones, las cuales transcurrieron en un ambiente tan alto de tensión que obligó al monseñor a trasladarse a las instalaciones de la JCE a verificar como se desarrollaban los comicios.
“Aquel día me embargaba la percepción de que algo anormal ocurría, porque ninguna junta electoral municipal había enviado boletín o información a la JCE. Eran ya las 8:00 de la noche”.
Por esa razón, Núñez Collado ofreció una rueda de prensa en la JCE en la que llamaba a respetar los resultados electorales, a seguidas recibió una llamada del entonces presidente Hipólito Mejía, quien le dijo: “Monseñor, si usted sabía que había algo preocupante, ¿por qué no vino a verme?”.
Luego, el candidato a la reelección reconoció la victoria del PLD y su candidato, Leonel Fernández, algo que Núñez Collado describe como “tranquilizante” para el país. “Para el país fue muy tranquilizante que, minutos después de salir de la Junta del Distrito, el mandatario reconociera, a través de los medios de difusión, que el PLD había ganado las elecciones”.
Ya luego de concluido el proceso el monseñor Agripino Núñez Collado ejerció como mediador en la comisión de transición del Gobierno, por lo que organizó un desayuno entre el presidente Mejía y el presidente electo, Leonel Fernández. Todo transcurrió con normalidad: “afortunadamente, tuvimos un final armonioso”.
Por: Joel Suriel.
