La ONG española Open Arms se plantea paralizar los rescates marítimos de inmigrantes en el Mediterráneo central si no consigue el dinero suficiente en el plazo de un mes y medio para mantener estas operaciones, según su fundador, Óscar Camps.
En declaraciones a Efe desde Sicilia (Italia), explicó que lo más urgente ahora es conseguir 600.000 euros para dejar el buque humanitario de la ONG en condiciones de proseguir con su actividad en este mar, donde han muerto ya 63 personas en estos primeros días de enero.
En poco más de dos años, el barco “Open Arms” ha recorrido una distancia equivalente a dos vueltas al mundo y ha salvado más de 6.000 vidas del mar. Pero con casi 50 años, necesita una puesta a punto y Camps pide que ahora sea la ciudadanía la que acuda en su rescate.
“Más del 90 % de nuestros donantes son ciudadanos, y queremos mantener esa independencia” económica, argumenta.
“Lo ideal” sería, precisa, poder llegar a los dos millones de euros para sustituir este barco por otro porque el “Open Arms” es ya como “un coche viejo”: reparaciones son continuas, las piezas son antiguas y cada vez más difíciles de encontrar, y todo esto dispara los costes.
Hoy está atracado en Siracusa para una arreglo de emergencia provisional que le permita alguna misión más, pero con las condiciones en las que está “no se puede dar garantía de seguridad ni de continuidad”, según Camps. Solo hacerlo funcionar y moverlo cuesta cada día 7.540 euros.
El barco fue el centro de una crisis humanitaria durante varias semanas en agosto pasado, cuando el exministro italiano del Interior Matteo Salvini se negó a que desembarcara en Italia 163 personas rescatadas en el Mediterráneo, incluidos 31 menores de edad.
El 20 de ese mes, la Fiscalía italiana ordenó la incautación del “Open Arms” y el desembarco inmediato en la isla de Lampedusa de todos los inmigrantes que quedaban a bordo, ya que algunos habían sido autorizados antes por razones humanitarias.
Este buque es un antiguo remolcador de salvamento marítimo construido en 1974 y donado por la naviera española Ibaizabal a esta ONG en febrero de 2017.