En los últimos años el consumo de leche deslactosada ha adquirido mucha popularidad. Teniendo en cuenta que desde el 2009 el consumo de leche ha disminuido, diversas instituciones de salud hablan de las consecuencias de las deficiencias de calcio que se presentan en la sociedad actual.
Según declaraciones del presidente de la Asociación Iberoamericana de Nutrición (Finut), diversos estudios establecen que no tomar leche tiene un impacto negativo en los requerimientos de calcio en los diferentes grupos de edad.
Cuando se analiza el tema a profundidad se descubre que existen varios factores que han intervenido en la clara disminución del consumo de leche en la población; entre los primeros se encuentra la mala fama que se ha creado en torno al consumo de este lácteo, por otra parte la industria actualmente ha creado numerosos productos “sin lactosa” y otras bebidas vegetales como es el caso de las leches de soja, avena, almendra y coco.
Derivado de estos cuestionamientos se realizó un informe titulado La leche como vehículo de salud, el cuál fue creado por la Federación Española de Sociedades y Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad), y Gregorio Varela, presidente de la Fundación Española de Nutrición (FEN), cuyo objetivo principal es comprobar los beneficios del calcio y el papel de la leche en la alimentación.
Con base en esto surgió la primer pregunta de importancia sobre la actual tendencia de retirar el consumo de lactosa sin supervisión médica ¿Es saludable? La respuesta es no, la lactosa es una azúcar que resulta indispensable para el desarrollo del cerebro, sobretodo cuando hablamos de bebés y niños. Especialistas en nutrición recomiendan omitir su consumo únicamente bajo supervisión médica, sin importar que este se complemente con otros alimentos ricos en calcio.
¿La leche es la mejor forma de obtener el calcio?
Como parte de la actual tendencia vegetariana se cree que omitir el consumo de leche y lácteos, no simboliza un problema para cumplir los requerimientos establecidos de calcio y vitamina D, sin embargo esto es falso; esta comprobado que omitir la ingesta de lácteos impide conseguir las cantidades de calcio y vitamina D establecidas como referencia para todos los grupos de edad. Con base en esto se establecieron algunos parámetros para entender a profundidad los alcances de dicho estudio:
- Un vaso de leche de leche de vaca (250 ml) contiene 300 mg de calcio, de los cuales el 98.3 % puede absorberse sin problema por el organismo.
- Un vaso de leche, equivale en calcio a siete raciones de verduras.
- Un vaso de leche, equivale a ocho raciones de cereales.
- Un vaso de leche, equivale a seis raciones de legumbres.
Como conclusión integrar lácteos forma parte de una alimentación equilibrada y sana, su consumo en porciones adecuadas representa una extraordinaria fuente de calcio. El calcio es un mineral indispensable para cumplir numerosas funciones del organismo, entre las que se destacan:
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- Huesos y dientes fuertes y sanos.
- Interviene en la coagulación de la sangre.
- Envío y recepción de señales nerviosas.
- Contracción y relajación muscular.
- La secreción de hormonas y otros químicos.
- Mantenimiento del ritmo cardíaco normal.
- Prevención la osteoporosis.
Especialistas en nutrición recomiendan la ingesta de “leche deslactosada” para aquellas personas que no digieren el carbohidrato de los lácteos animales, representan una buena alternativa para suplir un producto, sin embargo no compensan las necesidades nutricionales en cuestiones de calcio y proteínas.