En medio de un brote inesperado de coronavirus en Italia, que ha dejado hasta el momento un saldo de 52 muertos y 2.000 infectados en el país europeo, el gobierno del primer ministro Giuseppe Conte impuso amplias restricciones en todo el territorio, al cual dividió en cuatro zonas de acuerdo la gravedad de la epidemia que surgió en China y está extendiéndose por todo el planeta.
Entre las medidas, que han afectado en mayor medida a la región de Lombardía, foco del brote, figuran el cierre de jardines de infantes, escuelas y universidades y la suspensión de eventos y actos públicos de todo tipo.
No hay cine, teatro, discoteca ni ceremonia religiosa alguna, como reporta el Corriere della Sera. No hay competiciones deportivas, y de hecho se han cerrado gimnasios, centros deportivos, spas y centros de bienestar
En los pocos lugares que permanecen abiertos, como en el caso del transporte público de todo tipo, las entradas han sido restringidas para cumplir con el requerimiento de guardar una distancia de un metro entre personas.
Así ocurre en el Duomo, la Catedral de Milán, donde los fieles pueden ir a rezar pero no a participar de ceremonias religiosas.
Los restaurantes, pubs y bares que permanecen abiertos deben también respetar la distancia de un metro entre sus clientes, y por tanto sólo se puede servir a personas sentadas.
Los comercios privados deben controlar por su cuenta no sólo el criterio de la distancia, sino también la restricción en los ingresos.
Las medidas están teniendo efecto. La semana pasada el tráfico en los trenes de Lombardía bajó en un 60%, de 820.000 a 350.000 pasajeros al día, de acuerdo al Corriere della Sera.
El informe más preciso con el que se cuenta sobre la naturaleza del coronavirus, bautizado recientemente como COVID-19, fue publicado la semana pasada en China. Así, se sabe que las personas mayores y los que sufren de enfermedades preexistentes son los más vulnerables.
En Italia esto ha quedado claro, ya que todos los fallecidos tenían más de 65 años.
Por eso este grupo etario es el foco de gran parte de las campañas de concientización del gobierno. “Muévase poco”, dice uno de los slogans. “Reduzca la velocidad de la socialización”, dice otro. Es decir, quédese en su casa, parecen querer indicar las autoridades frente al brote.