El aumento de controles fronterizos y la paralización de la actividad en muchos países está afectando al suministro y los precios de frutas y vegetales en Europa, una de las regiones más golpeadas por el COVID-19, advirtió este viernes la comisión económica de la ONU para el Viejo Continente.
“Las ventas en supermercados siguen, pero tras un aumento inicial de la demanda el mercado de frutas y vegetales se ha debilitado y los precios podrían comenzar a caer, dado que los clientes compran con menos frecuencia que antes”, explicó hoy en rueda de prensa el portavoz de la comisión, Jean Rodríguez.
Las bajadas de precios se advierten ya en productos como los espárragos, con un descenso interanual del 50 por ciento, y otros como la lechuga o la rúcula, dijo el portavoz, quien también subrayó el descenso en la demanda de patatas en parte causado por el cierre masivo de restaurantes, hoteles y otros establecimientos.
Por el contrario, los precios de los alimentos importados corren peligro de aumentar debido al incremento de los costes de transporte y las mayores dificultades logísticas, subrayó Rodríguez.
“El transporte se está haciendo más difícil y caro”, señaló, poniendo como ejemplo que los camiones procedentes de Italia y España ya no pueden llevarlos dos personas en turnos, como hasta ahora, lo que aumenta el tiempo de transporte.
En el caso concreto de España, “su producción está escaseando y volviéndose más cara”, también por la paralización de recogidas de fruta y cosechas en algunas zonas del país afectadas por la epidemia, o la mayor lentitud en los procesos de embalaje.
Otro factor que afecta al mercado es la escasez de jornaleros, muchos de ellos procedentes de otros países, que debido a la pandemia regresaron a sus lugares de origen o no han podido ir a trabajar dadas las restricciones de transporte y los cierres de fronteras impuestos para prevenir la pandemia.
Esta escasez de mano de obra “será pronto un grave problema”, anticipó Rodríguez, quien añadió que muchas cosechas de frutas y vegetales podrían no ser recogidas y perderse, causando graves problemas económicos a productores.
El portavoz puso el ejemplo de las próximas cosechas de melocotones y nectarinas en España, “que deberían comenzar pronto pero sobre las que hay dudas sobre la disponibilidad de mano de obra”.
Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pidieron en un comunicado conjunto a la comunidad internacional que intente minimizar el impacto del coronavirus en la cadena alimentaria.
Fuente: EFE