El fabricante aeronáutico estadounidense Boeing perdió 628 millones de dólares (unos 580 millones de euros) en el primer trimestre de 2020, frente a los 2.149 millones (1.980 millones de euros) que ganó en el mismo periodo del ejercicio pasado, por la pandemia de COVID-19 y la paralización de los aviones 737 MAX.
“La pandemia de COVID-19 está afectando a todos los aspectos de nuestro negocio, incluyendo la demanda de las aerolíneas clientes, la continuidad de la producción y la estabilidad de la cadena de suministro”, explicó el consejero delegado de Boeing, David Calhoun, que dijo estar centrado en la “salud y seguridad” de sus empleados y la comunidad.
Aunque la pandemia está añadiendo una “presión inaudita”, la firma dice confiar en su “futuro a largo plazo” y está “progresando en una vuelta a servicio segura de los 737 MAX”, agregó Calhoun.
El principal negocio de Boeing, la aviación comercial, ingresó 6.205 millones de dólares (un 48 % menos), y su margen de operaciones se ha desplomado al -33 % debido al menor volumen de entregas y la acumulación de costes, entre ellos los 797 millones del parón de producción de los 737 MAX y los 137 millones de la interrupción de operaciones que ha impuesto la pandemia en sus plantas.
Boeing indicó que retomará la producción de los 737 MAX a un bajo ritmo “en 2020”, sin concretar fechas y a medida que mejore el entorno, y lo incrementará a 31 unidades por mes en 2021, e informó de que los costes de mantener al que fuera su modelo estrella en tierra alcanzan casi los 5.000 millones de dólares (unos 4.600 millones de euros).
La compañía radicada en Chicago destacó la reducción del tráfico de viajeros que están sufriendo las aerolíneas debido al coronavirus, lo que tiene un “importante impacto en la demanda de nuevos aviones comerciales y servicios” ya que están retrasando sus compras, ralentizando las entregas y posponiendo el mantenimiento de los aparatos.
La corporativa ha tomado medidas para afrontar la “nueva realidad del mercado”, como reducir su ritmo de producción, restructurar su equipo de mando y ofrecer salidas incentivadas a su plantilla, además de pedir un préstamo a largo plazo, recortar sus costes y gastos, suspender las recompras de acciones y los dividendos, y “eliminar el sueldo” a su consejero delegado y presidente.
“El acceso a liquidez adicional será esencial para que Boeing y el sector de la fabricación aeroespacial lleguen a una recuperación, y la compañía está explorando activamente todas las opciones disponibles. Boeing cree que será capaz de obtener suficiente liquidez para financiar sus operaciones”, sostuvo la empresa.
Los resultados trimestrales fueron divulgados antes de la apertura de la sesión en la Bolsa de Nueva York, y en las operaciones electrónicas previas sus acciones subían en torno al 3,9 %, con una buena acogida de los inversores. En lo que va de año, Boeing ha perdido el 60 % de su valor bursátil.