Las redes sociales, en ocasiones, tienen un punto negativo; te animan rápidamente a abrir un perfil en el servicio, pero facilitan muy poco al usuario el proceso de eliminación del mismo.
Para entrar, te abren las puertas de par en par. Te reciben con halagos incluso. Y todo lo contrario si una persona se cansa y quiere darse de baja. En Instagram, conocida red de fotografía, muy popular entre la gente joven, sucede algo parecido.
Aunque se puede, evidentemente. No facilitan las cosas, pero poder se puede. Lo primero es entender que hay varias formas; una de ellas es suspender temporalmente tu cuenta, aunque la empresa advierte de un problema en sus términos de uso: «Si inhabilitas temporalmente tu cuenta, el perfil, las fotos, los comentarios y los Me gusta se ocultarán hasta que vuelvas a habilitarla iniciando sesión de nuevo».
Sin embargo, muchos usuarios pensarán que es una pena y una pérdida de tiempo eliminar el perfil, por las razones que sean, y dejar que las imágenes subidas se evaporen como sin nada. Así que, para guardarse previamente todas las fotografías, hay que realizar una copia de seguridad. «Instagram es muy generoso en lo que respecta a las copias de seguridad, pues te permite descargar no solo todas tus fotos, sino también los me gusta, comentarios, contactos, el texto que acompaña a tus fotos (incluidos los hashtags), búsquedas, configuraciones y mucho más», valoran en un comunicado expertos de la firma de seguridad Kaspersky.