El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señaló este miércoles que es posible que los estados y ciudades que no acaten las políticas migratorias federales podrían no recibir ayuda del Gobierno para hacer frente a la crisis generada por la pandemia.
“Creo que no deberían tener santuarios si van a recibir ese tipo de ayuda”, dijo Trump durante una mesa redonda con empresarios celebrada en la Casa Blanca.
Ante la insistencia de los periodistas presentes en el acto, el mandatario reconoció que existe la posibilidad de no permitir a estos estados, en su mayoría demócratas, tener acceso al próximo paquete económico que apruebe el Ejecutivo.
“Será un asunto a tratar”, dijo.
En Estados Unidos se conoce como ‘ciudades santuario’ a aquellas que se niegan a colaborar con las autoridades migratorias federales en operaciones en las que su objetivo es arrestar a migrantes por el único delito de haber entrado en el país de manera irregular.
“No tendríamos que pagarles nada en cualquier caso, porque lo único que hacen es ponérselo difícil a las fuerzas del orden”, justificó Trump.
El mandatario, que se refirió a los indocumentados como “criminales”, consideró que su postura “no debería sorprender a nadie”.
“Queremos un país seguro; no queremos criminales, algunos de los cuales ya eran criminales en otros países”, apostilló.
La culpa de la pandemia
El presidente escaló, además, sus acusaciones contra “China, la Organización Mundial de la Salud o quien fuera” por no haber evitado la propagación del nuevo coronavirus.
“Nunca debió pasar. Esta plaga nunca debió ocurrir, pudo ser frenada, pero hubo gente que prefirió no pararla”, aseguró.
En cualquier caso, Trump se mostró optimista y volvió a insistir en que “un día el virus desaparecerá” y dejó entrever que lo peor ya ha pasado al afirmar: “ya estamos al otro lado”.
Trump, que en los dos últimos días ha optado por organizar actos empresariales en vez de dirigirse a la nación desde la Casa Blanca para informar de los avances de la administración contra la pandemia, volvió a defender su actuación.
“Dimos todos los pasos correctos. Si no hubiéramos hecho lo que hicimos, habría muerto un millón de personas, puede que más, puede que dos millones”, afirmó.
Según los últimos datos divulgados por la universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos se han contabilizado 1.030.487 casos confirmados y 60.207 muertes por culpa de la COVID-19.
Si bien es cierto que al comienzo de la crisis las autoridades sanitarias advirtieron de que el número de muertos en territorio estadounidense podría rondar los dos millones en caso de no imponer medidas de aislamiento, en las últimas semanas la Casa Blanca había reiterado que, gracias a la cuarentena, los óbitos rondarían los 50.000.
Por último, Trump se refirió a los ensayos clínicos con el medicamento Remdesivir que, según el laboratorio estadounidense Gilead, ha arrojado resultados prometedores con pacientes de COVID-19.
“Es algo grande”, señaló Trump, quien expresó su deseo de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) le dé su aprobación “rápidamente”.