Unos bajos niveles de vitamina D influyen peligrosamente en nuestro sistema inmune, debilitándolo y, por tanto, dificultando su defensa frente a los agentes externos que pueden hacernos enfermar, tales como el coronavirus, ha asegurado recientemente la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
De hecho, esta sociedad científica asegura que nuestros actuales niveles de la vitamina D (una prohormona que se activa en el contacto de la piel con los rayos ultravioleta tipo B) son “bajos”, ya que acabamos de salir del otoño-invierno, donde la insolación ha sido bastante escasa, a lo que hay que sumarle que actualmente llevamos más de un mes confinados en casa debido al estado de alarma decretado por la pandemia de la COVID-19, donde nos es prácticamente imposible exponernos al Sol.
Por eso, hoy más que nunca, el doctor Manuel Cidras, pediatra y consultor del Servicio Materno Infantil del Hospital Quirónsalud Murcia defiende la conveniencia de que todos tengamos unos niveles adecuados de vitamina D, que se pueden conseguir a través de determinados alimentos y con la exposición solar.
“Su aporte es fundamental en los menores porque se encuentran en pleno proceso de crecimiento y de formación de los huesos, así como en la configuración de su sistema inmunitario frente a posibles infecciones”, destaca el doctor Cidras.
Así, y aunque los niños están suplementados con vitamina D en España hasta el primer año de vida, el especialista del Hospital Quirónsalud Murcia mantiene que “es conveniente que los menores tomen un suplemento farmacéutico”, siendo la dosis habitual en estos de 400 unidades internacionales al día.
Eso sí, ante la duda, el especialista destaca que los padres siempre pueden consultar a los pediatras por teléfono, o bien acudir al hospital si se necesita, en ese sentido, en los hospitales de Quirónsalud hay circuitos limpios para atender a aquellos pacientes que tengan un problema de salud que no esté relacionado con el coronavirus.
IMPORTANTE FRENTE AL SISTEMA INMUNITARIO
También, y como mencionaba la SEMG, el doctor de Quirónsalud Murcia recuerda que la vitamina D es importante en la defensa contra las infecciones respiratorias.
En concreto, el especialista cita que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una reciente publicación de diciembre de 2019, menciona que la vitamina D desempeña un “papel importante” en el metabolismo óseo, a través de la regulación de la homeostasis del calcio y del fosfato, a la par que puede desempeñar un papel importante en la regulación del sistema inmunitario.
“Además de producir raquitismo, la carencia de vitamina D se ha relacionado con infecciones respiratorias, como la neumonía, la tuberculosis, y la bronquiolitis. La neumonía es una forma grave de infección aguda de las vías respiratorias bajas, y la principal causa de mortalidad infantil en todo el mundo”, sostiene el doctor Manuel Cidras.
Así con todo, este especialista insiste en que algunos estudios indican que la administración de suplementos de vitamina D puede reducir la frecuencia y la gravedad de las infecciones respiratorias en los niños.
De hecho, buscando en revistas científicas, el doctor Cidras admite que se encuentran estudios que demuestran el beneficio de la vitamina D en infecciones respiratorias producidas por virus, como la gripe.
“Como suele ser habitual en ciencia médica no hay estudios completamente concluyentes, y estos suelen terminar con la coletilla de ‘hacen falta más estudios’ para plantear una dosis más alta de vitamina D que la recomendada. Pero, una cosa sí es cierta, y es que los casos de deficiencia de vitamina D tienen más predisposición a las infecciones respiratorias”, resalta el especialista.
DÓNDE SE ENCUENTRA LA VITAMINA D
En concreto, este experto explica que la vitamina D se produce en el organismo cuando éste se expone a la luz solar, pero también está presente en el pescado azul (fundamentalmente salmón, caballa, atún y sardinas), en los huevos (yema principalmente), en los hongos y en las setas como los champiñones, en el aguacate, y en los productos alimentarios enriquecidos como cereales, queso y leche.
A su vez, detalla que se trata de una vitamina liposoluble, es decir, que se disuelve en grasas, y lo mismo que otras vitaminas como la A, E y K.
“Esto las hace tóxicas cuando se toman en exceso porque no se eliminan por la orina como lo hacen el resto de vitaminas que son hidrosolubles. Por eso un exceso de vitamina C no suele producir complicaciones, mientras que uno de vitamina D, sí”, resalta el pediatra.
Con todo ello, y para evitar la entrada de virus y bacterias en el organismo, más en estos días de pandemia por COVID-19, el experto del Hospital Quirónsalud Murcia reitera que el cuerpo cuenta con un sistema defensivo que hay que entrenar con una buena alimentación, que también puede lograrse gracias a otros componentes alimenticios como los probióticos, la vitamina C, el zinc, y el selenio.
“La vitamina D, el zinc, y el selenio están en gran cantidad en los huevos, por lo que es un alimento fundamental frente a las infecciones”, sentencia el doctor Manuel Cidras.
Desde la SEMG ven también recomendable estos días, a la hora de aumentar el aporte de vitamina D, tomar el sol a diario, desde terrazas o ventanas, y sin protección solar (su uso disminuye la protección de vitamina D), unos 15 minutos al día en brazos, piernas y cara.
En el caso de personas mayores, niños y adolescentes en crecimiento, lactantes, mujeres embarazadas, pacientes con enfermedades crónicas como enfermedades renales, hepáticas, intestinales, óseas o inmunitarias, la SEMG considera que se deberían suplementar con algún producto o medicamento con vitamina D, por ejemplo, colecalciferol.
Fuente: EFE